Lise Meitner pertenece al extraordinario grupo de científicos que revolucionaron la física a principios del siglo XX, sin embargo no recibió el reconocimiento que merecía.
Alemania, Italia, Francia, Inglaterra, etc. eran un hervidero de laboratorios que colaboraban y pugnaban por desentrañar los misterios del átomo.
En Italia, Fermi analizaba metódicamente lo que ocurría cuando se impactaban neutrones contra átomos de todos los elementos de la tabla periódica. En Alemania Otto Hahn era un prestigioso químico que destacaba por reconocer los isótopos resultantes en estas reacciones nucleares. En su equipo estaba la profesora Lise Meitner, física que junto a Otto formaban un brillante equipo.
Pero Lise sufrió una doble discriminación en la Alemania nazi por Judía y por mujer y se vio obligada a huir en condiciones precarias.
Fermi, que poco después también huyo de Italia, cuando llego a uno de los últimos elementos de la tabla periódica, el uranio, observó que al ser bombardeado con neutrones, en lugar de isótopos más pesados que el propio uranio, aparecían elementos diferentes mas ligeros.
Otto Hahn hizo los análisis pertinentes y confirmó que se trataba de Bario (y Criptón) y que no estaban antes. Lise se encontraba al tanto de ello pues mantenían la colaboración a distancia, pensaban que la pesadilla nazi pasaría pronto.
Dice la leyenda, que Lise durante su retiro forzoso, en Kungälv (Suecia) fue visitada en la Navidad del 38 por su sobrino Robert Frish, físico como ella. Durante un paseo entre la nieve, comentando los últimos experimentos de Fermi y Otto, llegaron a la conclusión de que un átomo de uranio se dividía en dos partes, un átomo de Criptón y otro de Bario, a semejanza que en la biología, se denominó Fisión. Que la masa resultante de los dos nuevos átomos era inferior al original de Uranio y que considerando la equivalencia de Einstein entre energía y masa, ello suponía una liberación impresionante de energía. La comunidad científica sigue rindiéndole tributo en aquel lugar.
Otto Hahn recibió el premio Nobel por este descubrimiento y a pesar de ser del dominio publico, no reconoció el merito de Lise. Posteriormente Lise recibió importantes premios, pero se considera una de las injusticias mas grandes de los premios Nobel.
A pesar de ser invitada a unirse al proyecto, Lise nunca quiso participar en la creación de un arma nuclear.
- La foto corresponde a Lise con estudiantes (1959). Cortesía Nuclear Regulatory Commission