El Ayuntamiento de Rivas hace público un nuevo calendario en la construcción al acceso con la M-50, que sufre retrasos desde hace meses.
La Junta de Gobierno Local ha aprobado este miércoles el nuevo calendario de obras, tras el retraso sufrido en los trabajos por distintas circunstancias. Todas las circunstancias, informa el Ayuntamiento, son “derivadas todas ellas de la complejidad del proyecto”. En ese sentido, el Ayuntamiento ha querido recordar que el proyecto incluye “multitud de afecciones a las redes de conducción de la electricidad, el agua, el gas o los hidrocarburos, que dan servicio a la ciudad”.
Ante este retraso, el ayuntamiento ha abierto un apartado web en la web municipal, M-50 Avanza, que incluye un cronograma de ejecución de la obra, elaborado por la UTE adjudicataria de la obra.
Retrasos desde inicio de 2023
Comparando el cronograma actual de las obras con la previsión incluida en el pliego de contratación, puede analizarse que casi todos los “Capítulos” (según se llama en el cronograma inicial) acumulan meses de retraso. Aunque el acto de puesta de la primera piedra, que da lugar al inicio de las obras, tuvo lugar en junio de 2022, se va a considerar como fecha de inicio noviembre de 2022, momento de inicio efectivo de los trabajos según el reciente informe. El drenaje de la margen derecha (u oeste), por ejemplo, debería haberse llevado a cabo entre diciembre de 2022 y febrero de 2023. Sin embargo, comenzó en marzo de 2023 y se preveé su finalización en diciembre de 2023.
En el pliego inicial se preveían trabajos iniciales en la margen derecha, que iban a finalizar antes de la izquierda, aunque todo el correspondería realizar también trabajos vinculados a ambos márgenes. Así, todos los trabajos específicos de la margen derecha habrían finalizado en mayo.
Desde el Ayuntamiento explica que, antes de poder iniciar las obras, la Demarcación de Carreteras del Estado exige a la empresa contratista la presentación de los documentos de conformidad y autorización de las distintas compañías que prestan esos suministros. La empresa cuenta ya con las autorizaciones de Exolum, Nedgia, Enagás, Unión Fenosa Distribución y Red Eléctrica Española, a falta tan solo de encontrar la solución más óptima a las afecciones que dependen del Canal de Isabel II.
La fase Este sufre un retraso mayor
Así, las obras se han dividido en dos fases (Este/Oeste), de forma que los trabajos puedan avanzar en aquellas zonas que ya están libres de afecciones externas (fase Oeste), gracias a una autorización parcial de la Demarcación de Carreteras del Estado.
Los retrasos provocados por estos trámites, así como las lluvias torrenciales de las últimas semanas y por los protocolos de prevención de riesgos laborales aplicados por las altas temperaturas registradas durante el verano, han llevado a la empresa a plantear un nuevo plan de obras que permitiría culminar la primera fase, en la zona Oeste, en enero de 2024.
La fase Este necesita de un plazo de prórroga mayor, que se eleva a los 11 meses, toda vez que sigue pendiente el trámite de conformidad y autorización del Canal de Isabel II.
Una web de seguimiento
El nuevo espacio web, además del cronograma indicado, incluirá a lo largo de los próximos meses, informes periódicos de seguimiento, así como fotografías que muestren el avance de las obras.
“Estas son solo algunas de las herramientas que pondremos a disposición de la ciudadanía, de forma que pueda seguir al detalle el desarrollo de un proyecto vital para el futuro próximo de Rivas”, ha dicho este miércoles la alcaldesa ripense, Aída Castillejo.
Una demanda histórica
La conexión de Rivas con la M-50 a través de la M-823 es una demanda histórica de la ciudadanía ripense. Es una reivindicación de más de dos décadas y que tiene su origen en el trazado inicial de la autovía, que recogía la conexión de la misma con un total de 20 municipios de la región, dejando fuera a Rivas.
Se trata de una demanda justa que quedó desbloqueada gracias al empuje de los vecinos y vecinas de Rivas y del Ayuntamiento de Rivas y a la implicación del Gobierno de España, que está financiando los trabajos a través de una subvención de 6,6 millones de euros concedida al Ayuntamiento de Rivas por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Frente a esta realidad, la Comunidad de Madrid volvió a desentenderse de Rivas y no solo no ha colaborado en la financiación de las obras sino que ha obligado al Ayuntamiento de Rivas a asumir la propiedad de la carretera autonómica M-823.
El enlace de Rivas con la M-50 servirá para descongestionar de tráfico interior de la ciudad y para aliviar la presión que sufre en la actualidad la A-3 a su paso por el municipio, mejorando de esta forma las comunicaciones con Madrid por carretera.