Pues sí ripenses, ya huele a verano. Las piscinas abren, el calor ya abrasa y alguno ya ha puesto el aire acondicionado.
Pero no solo huele a verano por eso, sino por los vientos huracanados pretormentas. Tormentas que llegan, llenan de nubes oscuras nuestros cielos y despachan a gusto durante unos minutos, en los que parece que acaba el mundo.
Con estas fotografías busco transmitir ese sentimiento de días larguísimos, atardeceres de película en Rivas y nubes que traen y llevan mucha agua.