Descubrir el origen de la antigua Huerta de Madrid es la última propuesta de las nuevas rutas senderistas de Morata de Tajuña. Cerca de 8 kilómetros y medio para descubrir la extensa y fértil vega morateña y su patrimonio natural, industrial e histórico.
A través de la nueva ruta ‘Vía de la Vega’, quienes se acerquen hasta el municipio conocerán uno de los parajes más característicos e importantes históricamente de Morata: su vega. Más de una veintena de señales e indicaciones guiarán al visitante por esta ruta cuasi circular, que se puede realizar desde la zona este, por la salida a la Vía Verde del Tajuña en dirección a Perales de Tajuña, o bien desde la zona sur de la localidad, junto a la carretera M-315 con dirección a Valdelaguna.
Un recorrido a lo largo de lo que fue la “despensa de Madrid” a través de paisajes de ribera y cantiles yesíferos en los que abundan los cultivos de ajos, de los que se extraen cada año entre tres y cuatro millones y que convierten a Morata en uno de los municipios con mayor producción de la Comunidad de Madrid y del centro peninsular; o largas hileras de olivares, que producen el 25% de las aceitunas para aceite de la región.
Cultivos de secano que se aglutinan en torno a huertas y frutales surcados por acequias y presas de origen morisco, en lo que se constituye como una de las mayores intervenciones humanas de la ribera del Tajuña y cuyo uso ha llegado hasta nuestros días.
Pasado industrial
A lo largo del recorrido, el visitante podrá también descubrir alguno de los edificios más emblemáticos de la vega, como el Museo de la Molinería ubicado en el Molino de la Huerta de Angulo, del siglo XVIII, el único que se conserva en funcionamiento en la Comunidad de Madrid y que está abierto al público todos los fines de semana y festivos.
Otro ejemplo de pasado industrial de Morata de Tajuña asociado a la utilización de las aguas del Tajuña es el complejo industrial de la Isla Taray, hoy convertido en una residencia de mayores. Desde sus orígenes como a Real Fábrica de Tejidos e Hilados hasta su presente, el inmueble ha albergado también una fábrica de papel, del que salía el papel para los periódicos madrileños de mitad del siglo XIX; pasando por la producción de electricidad en los albores del siglo XX. Y siempre bajo la atenta mirada de un majestuoso plátano de 180 años incluido en el Catálogo de Árboles Singulares de la Comunidad de Madrid.
La Casa de la Magdalena, que fue una ermita hasta finales del siglo XVIII y que hoy es una casa de labor, o el Palomar de La Estacá, ambos ejemplos de la arquitectura tradicional, completan un recorrido el que también se podrán observar topos, zorros, erizos, tejones, abejarucos, estorninos o salamanquesas.
La nueva señalización se añade a la ruta de Los Secretos de la Vía Verde que recorre otras zonas de la vega morateña y supone una opción más para aquellos visitantes que llegan a Morata atraídos por la oferta gastronómica y cultural del municipio.