Hace unas semanas, en esta misma tribuna, hablaba sobre los grandes retos que tenemos como ciudad para poner en marcha la Rivas del futuro. Las ciudades estamos cambiando para adaptarnos a los nuevos tiempos en temas tan vitales como la movilidad y la sostenibilidad. Y Rivas no es una excepción. En esa transformación está llamada a participar toda la ciudadanía, como siempre hemos hecho.
Y ahora que se acercan dos fechas importantes, que desde Rivas siempre conmemoramos, los derechos de la infancia y Rivas como Ciudad Educadora, es necesario recordar que la ciudad donde vivimos es cosa de todas y de todos, también de nuestra infancia y nuestra juventud, porque la ciudad la entendemos como el espacio que compartimos.
La voz de nuestras niñas y nuestros niños es imprescindible para seguir avanzando en cómo queremos que sea la ciudad en la que nos gusta vivir. Necesitamos su mirada y participación para seguir mejorando. Por ello, desde las administraciones públicas, pero también desde la sociedad, tenemos el deber y la obligación de implicarles activamente en el proyecto y gobierno de la ciudad. Nadie mejor que la infancia y la juventud para construir un modelo de ciudad más amable e inclusiva. Y como muestra son las cerca de 100 propuestas que tanto desde los foros infantil y juvenil como desde los centros educativos nos trasladaron, en el marco del proceso participativo ‘Rivas, párate a pensar’, para diseñar el modelo de ciudad que queremos para las próximas décadas con más espacios públicos para jugar, más centros educativos y sanitarios, una residencia pública, más entornos escolares seguros y libres de humo y con una movilidad sostenible.
Esto ocurre porque les interesa su ciudad y tienen un fuerte sentimiento de pertenencia, porque desde este Ayuntamiento se les involucra en los asuntos de su municipio y porque se les trata como sujetos de pleno derecho. Y porque ser una ciudad educadora no es un mero eslogan. Es el compromiso de trabajar para que la educación atraviese los muros de nuestros centros educativos y se extienda a toda la ciudad para que toda la ciudadanía goce de plena igualdad y sea capaz de convivir desde el respeto a la diversidad.
De ese urbanismo inclusivo debatimos, hace unos días, las más de 80 ciudades que nos dimos cita en el XVII Congreso de la Red de Ciudades Educadoras, de la que Rivas forma parte. Queremos seguir siendo esa ciudad que cuida a su gente con barrios vivos y que cuenten con todas las infraestructuras básicas sin tener que recorrer nuestro municipio para ir a la escuela, al centro de salud o a comprar. Y en todo esto, nuestra infancia tiene mucho que aportar. Hace tiempo, Francesco Tonucci nos enseñó que “una ciudad adecuada para las niñas y los niños es una ciudad buena para todo el mundo”. Y en ese aprendizaje seguimos trabajando.