Tillus ibericus.

Queridos lectores, en este caluroso mes de verano vamos a presentar a una de las maravillas entre los coleópteros endémicos que se encuentran en la Comunidad de Madrid y que, aunque posteriormente a su descubrimiento se ha visto que está bastante extendido en España, se descubrió aquí, en Madrid.

“Tillus ibericus” es una especie de tamaño medio con una coloración característica y muy llamativa como pueden observar en la imagen (cortesía del Doctor Pablo Bahillo). Propio de los encinares y melojares, encontrándose tanto en las encinas (Quercus ilex subsp. ballota) como en el roble melojo (Quercus pirenaica). Su ciclo biológico y ecología son aún desconocidos. La larva, presumiblemente, depredaría sobre insectos xilófagos, como hacen los otros componentes del género Tillus. El ciclo larvario de esta especie parece durar un mínimo dos años. Los adultos emergen en primavera.

El “tillus ibérico” es un endemismo español bastante extendido en el centro, la Mancha, oeste y Andalucía (todavía no se ha citado de Portugal, donde probablemente exista, ya que vive en una localidad próxima del oeste de la provincia de Salamanca). No obstante, sus citas son escasas y dispersas. Los registros de las dos últimas décadas van ampliando paulatinamente su área de distribución conocida: Comunidad de Madrid, de donde, como ya se ha adelantado, fue descrito, Sistema Central, Montes de Toledo, Sierra Morena y  estribaciones más occidentales de las Cordilleras Béticas. En la Comunidad de Madrid está muy localizado y es muy escaso.

Los primeros ejemplares de Tillus ibericus se encontraron en 1996 y posteriormente en el año 2000, sin que se haya localizado ningún ejemplar capturado con anterioridad en las colecciones históricas de los museos. Resulta sorprendente el hallazgo de una nueva especie de Tillus en Madrid ya que todas las especies euromediterráneas del género se describieron antes de 1900. Se ignoran las razones por las cuales una especie tan llamativa había pasado desapercibida. Una hipótesis plausible es que se trata de una especie sumamente rara cuya densidad poblacional se hubiese disparado durante la década anterior; otra es que hubiese colonizado recientemente la región desde otras áreas del centro peninsular menos prospectadas y es posible que un cambio climático haya contribuido a ello, pero lo único cierto es que, en este caso, se desconoce.

Por el momento y hasta el próximo mes, desde la revista Zarabanda, no queda más que desear a todos ustedes un verano excelente.

José Ignacio López Colón

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