El pasado día 1 de marzo, el tuvimos la tercera sesión del Taller de Sanación y Acupuntura. En esta ocasión el tema trataba de la ‘Relación entre nuestra alimentación y la esperanza de vida’. El Taller fue impartido por el Maestro Lee Kil Soo, Presidente de la AAMM (Asociación de Acupuntura y Manopuntura Madrileña) y Director del Instituto de Medicina Oriental Kil Soo.
El 40% de la personas no se preocupa por nada, se limitan a vivir rutinariamente. Otro 40% se preocupa principalmente por el pasado. Solo el 22% se preocupa por lo cotidiano y de estos el 4% desecha aquello que no puede cambiar y otro 4% está convencido de que hay cosas que sí pueden cambiarse.
La constitución humana está diseñada para vivir en torno a 120 años (los libros dicen que Noé y los hombres y mujeres de su tiempo vivían hasta esa edad). Y seguro que las formas de medición del tiempo en las primeras épocas de la humanidad, no era la misma que como lo hacemos hoy, pero lo cierto es que ellos lo medían por estaciones climatológicas (de invierno a invierno por ejemplo), por tanto lo que transcurría era un año.
Si hoy las personas no llegamos a esas longevas edades, es porque no respetamos nuestra propia naturaleza.
Los primeros hombre y mujeres se alimentaban de hojas, semillas, raíces, frutos silvestres,…, todos los alimentos procedentes directamente de la tierra. Cuando morimos volvemos de nuevo a la tierra. Y el principal órgano para determinar la alimentación era el gusto, la lengua.
Hoy se da la circunstancia, de que no comemos por necesidad, sino que comemos desde las sensaciones auditivas, visuales o porque nos convencen de que son determinados alimentos los que tenemos que consumir.
Si comiéramos bien, todos los procesos del cuerpo se desarrollarían bien y podríamos llegar a los 120 años: lo que el cuerpo necesita, la cantidad adecuada y las veces necesarias durante el día.
No solo por la alimentación enfermamos, también las tensiones, el estrés, el insomnio, los disgustos, etc., ayudan a que el cuerpo produzca más H2O2 (oxigenada) de lo necesario, que causa la oxidación de las células y los tejidos.
¿Qué debemos comer? Principalmente alimentos frescos, frutas y verduras, hortalizas, legumbres,…, más pescado que carne (un 15% deben ser proteínas – carne-, pero se pueden sustituir por otras como la soja,…) . Y beber dos litros de agua al día, pero no en grandes cantidades de una vez, sino un baso cada hora, como referencia. Cuando tenemos sed, es que lo estamos haciendo mal, ya deberíamos haber bebido suficiente. La manera de neutralizar la producción de sangre oxigenada, es comer mucha fruta (los colores de la fruta y las verduras son llamativos, justo para atraer nuestra atención). Es necesario ingerir comida variada, esto nos ayuda a compensar todos los alimentos que el cuerpo necesita.
Hoy la necesidad de comer para subsistir la han convertido en negocio. Por tanto desde ese momento, el objetivo no es la mejor y más sana alimentación, sino la que más rentabilidad produce para los productores y fabricantes. De ahí, la producción de alimentos atestados de conservantes, las presentaciones atractivas, los colores y olores estudiados para atraer,…, las frutas grandes y bonitas (escasas de calidad) en detrimento de las otras más pequeñas y menos atractivas (normalmente de mucha más calidad). En los mercados y tiendas de alimentación, encontramos numerosos productos ‘mutantes’ (alterados genéticamente): frutas, hortalizas, semillas,…, hasta peces y animales cuyos ADN ya han sido alterados. Ya no queda mucho para que se generen ‘humanos mutantes’.
Habitualmente comemos mucha más cantidad de la que necesitamos y el cuerpo la elimina mal o la almacena. Frecuentemente lo que no comemos es calidad. El cuerpo enferma y se manifiesta con dolores, que son avisos de que no vamos bien. Nos sentimos cansados, el cuerpo nos está avisando…
La medicina actual pretende curar las enfermedades con pastillas y con cirugía, pero no ataja las causas de la enfermedad, por tanto ésta no se cura y frecuentemente volverá a remitir o manifestarse de otra forma.
El cuerpo lo alimentamos con comida, agua y aire. Tan importante es la alimentación como la eliminación, ésta la hacemos exhalando el aire que respiramos y eliminando mediante el pis o las heces los productos sobrantes (el pis amarillo significa falta de agua, la diarrea la necesidad de expulsar algo que el cuerpo no quiere, lo mismo el vómito,…). Pero hay otro elemento fundamental de eliminación y el la sudoración, tenemos que sudar todos los días, eliminamos toxinas, limpiamos los poros, mantenemos húmeda la piel,…, y hacemos que otros órganos funciones (corazón, riñones, pulmones, músculos, etc.).
Para nuestro equilibrio también es necesario otro alimento, y es el espiritual: pensar, resolver, buscar la coherencia, la relación en armonía, querer y sentirse querido… Aunque también hay que manifestar lo que no nos gusta, lo que nos altera,…, lo malo también hay que procesarlo, no podemos quedárnoslo, esto también nos ocasiona enfermedades.