La pandemia nos ha recordado muchas cosas, una de ellas es que somos muy vulnerables. Por eso hemos vuelto a recordar la importancia de los cuidados, de las políticas públicas capaces de corregir desigualdades y protegernos cuando vienen malos tiempos. No hay alternativa porque si prevalece la ley de la selva ya sabemos quiénes son los que ganan siempre.
La vivienda (junto al empleo) es la piedra angular en la vida de cualquier persona, y más si tiene familia. En nuestro país, a diferencia de otros como Austria o Francia, la vivienda protegida ha sido una ‘rara avis’. Aún tenemos muy recientes la burbuja inmobiliaria, sus pelotazos y sus nefastas consecuencias. Afortunadamente, Rivas siempre optó por un modelo diferente, más sensato, más equilibrado y, sobre todo, más justo. No es casual que seamos una de las ciudades con mayor presencia de vivienda protegida, el municipio de la Comunidad de Madrid que tiene el mayor parque público de vivienda de alquiler y la cuarta de todo el país con más vivienda pública de alquiler por habitante.
En Rivas las viviendas públicas no acabaron en manos de fondos buitre, al contrario, aquí blindamos el patrimonio público, estamos orgullosos del trabajo que desarrolla nuestra Empresa Municipal de Vivienda (con 3.300 viviendas construidas) y de lo que hemos conseguido tras décadas de esfuerzo, compromiso e inversión.
Paso a paso, seguimos avanzando: acabamos de adjudicar 27 nuevas viviendas públicas en alquiler, ya entregamos las diez primeras llaves y próximamente lo haremos con el resto. Sabemos la importancia que tiene ofrecer vivienda de calidad y precios razonables (entre 350 y 650 euros al mes), sobre todo ahora que los alquileres no paran de subir y los sueldos no paran de bajar. Por eso también estamos impulsando un Plan de Vivienda Joven en alquiler que permitirá construir 83 nuevas viviendas.
Creemos que esta es la forma de construir una ciudad más justa, más igualitaria, más equitativa. Es cierto que nuestra Constitución reconoce el derecho a la vivienda, pero para una parte muy importante de nuestra sociedad es papel mojado, sobre todo en el caso de las personas jóvenes o las familias monoparentales. Para ellas comprar no es una opción ni en sueños y alquilar lo será en breve si no lo evitamos.
Tenemos por delante una crisis económica cuyas dimensiones aún desconocemos, pero que hasta el momento ha demostrado una capacidad destructora muy notable, dejando sin trabajo a los colectivos más precarios: jóvenes y mujeres esencialmente; y también complica aún más la delicada situación de otros colectivos, como las personas mayores de 50 años que se han quedado sin empleo y corren el riesgo de quedar excluidos del mercado laboral.
La prioridad ahora es vacunar pero el reto será afrontar la recuperación económica: crear empleo y proteger a las personas que más están sufriendo. Y eso no se hace con declaraciones o anuncios, sino con hechos. Para eso se requiere tiempo, capacidad de gestión, tenacidad y audacia, pero los resultados luego son incontestables. Este es el modelo de Rivas.
Pedro del Cura, Alcalde de Rivas Vaciamadrid