El mes de marzo está marcado por el Día Internacional de la mujer y por la lucha de nuestros derechos, un mes que debe extenderse todos los meses del año. Los datos son claros: por desgracia la brecha de género y los techos de cristal siguen siendo una realidad, las cifras por violencia de género siguen siendo escalofriantes y seguimos sufriendo violencia física o verbal por el simple hecho de ser mujeres.
Pero sobre esas barreras hay liderazgos femeninos que ya las están derribando, y en Rivas tenemos ejemplos claros. Científicas como Elena García Armada, que ha conseguido desarrollar y patentar el primer exoesqueleto pediátrico del mundo para que niños y niñas con problemas neuronales puedan caminar y mejorar su calidad de vida. Campeonas del mundo de fútbol sub-17 como Sandra Villafañe, Paula Partido y Yolanda Sierra, que son un claro referente en un deporte en el que a las mujeres nos ha costado que se nos valorara. Triatletas de élite como Paula García Godino, que no deja nunca de ser una todoterreno junto a sus tres pequeñas. La Asamblea del 8M, mujeres diversas, vecinas que son capaces de organizarse en nuestros barrios para luchar por cada causa igualitaria y justa. Sin duda, ejemplos de tantas y tantas mujeres que marcan nuevos liderazgos femeninos, en el que prima la cooperación a la competición, ejemplos que también se trasladan al ámbito político.
Tengo la firme convicción de que el liderazgo se aprende cada día y he querido solo plasmar algunos nombres en este artículo de personas que tenemos muy cerquita porque de cada una de ellas existen cualidades que me han servido en mi día a día. Y por eso creo en un tipo de liderazgo conciliador y femenino, aplicado por mujeres y hombres que sin duda cimienta nuestra acción política y que desde Podemos queremos fortalecer también con fuerza desde nuestro ámbito municipal.
Es el tiempo de una sensibilidad vital y política en el que se origina un cambio de paradigma: de la competición a la colaboración, de la imposición a los cuidados como forma de vida, del yo al nosotras, del expolio neoliberal de lo público a una sociedad que lucha y refuerza lo colectivo.
Es el tiempo de un proyecto de país capaz de conciliar y sumar fuerzas, convocante e ilusionante. Un proyecto que irradia todos los niveles de gobierno, desde lo estatal hasta lo municipal, pasando por lo autonómico. Con la importancia de dialogar, compartir y tejer alianzas situando a las personas en el centro de unas políticas progresistas que avancen en derechos, en igualdad y en un horizonte verde: escuchando y proponiendo, caminando y avanzando.
Es el tiempo de la ternura, porque como leía en el libro “Poderío” de Patricia Centeno, la ternura nos hace vulnerables, pero no débiles. Y ese es, humildemente, el camino en el que confío y que vamos a seguir fortaleciendo en Rivas. Frente a la política del ruido y la crispación, una política cercana, que aprende y cuida, que colabora y participa, orgullosa de sus raíces, que sigue construyendo barrio con Elena, con Paula, con Yolanda, con Sandra y con todas las que queremos una ciudad acogedora y viva, con liderazgos con poderío.