Primera arquitecta austriaca. Diseñó la Cocina Frankfurt. Comunista.
Empecemos por reseñar un dato recurrente: el arquitecto y profesor universitario Keneth Frampton, en su libro Historia crítica de la arquitectura moderna, escribió que “La ultra-eficiente cocina: la Cocina de Frankfurt, fue diseñada por el arquitecto G. Schütte-Lihotzky»; ni se molestó en averiguar que detrás de la letra G. estaba el nombre de una de las mejores arquitectas de los años veinte del siglo pasado: Grethe Schütte-Lihotzky.
Grethe, diminutivo de Margarete, nació en 1897 en una familia burguesa vienesa; su padre era funcionario del gobierno. Estudió arquitectura en vez de seguir la formación de institutriz que deseaban sus padres y que estaba pensada para las jóvenes de su estatus social. Fue la primera mujer arquitecta en Austria. Antes de su graduación, consiguió varios premios como las medallas de bronce y de plata en 1922 y 1923. Vivió la arquitectura como reflejo de una particular filosofía de vida en la que creía y de unos ideales políticos que no dudó en poner en práctica.
Diseñar un barrio
Margarete se trasladó a Frankfurt en donde, en 1926 y junto a Ernst May, recibió el encargo de diseñar un barrio para paliar la escasez de viviendas después de la I Guerra Mundial y para sustituir las antiguas del siglo XIX. Se edificaron 15.000 casas, el 90% de las construidas entonces en esa ciudad. Hicieron espacios abiertos, soleados, blancos y luminosos, asentados entre amplias zonas verdes, con lugares comunes: lavaderos, terrazas cubiertas… para favorecer una vida sana y social. Consiguieron abaratar costes al prefabricar los elementos de construcción, reducir la superficie habitable, usar ciertos dispositivos de almacenaje, camas y muebles plegables, y sobre todo la implantación de la eficiente cocina que Grethe diseñó hasta el último detalle: la «Frankfurter Küche» (Cocina de Frankfurt), referencia emblemática de la vivienda contemporánea, que se fabricó en serie.
Grethe, estableció una conexión entre el diseño y la funcionalidad; su cocina ofrecía confort y eficiencia; la idea inicial era la emancipación para las mujeres y estaba pensada para facilitar y optimizar su trabajo. Hay que recordar que después de la Gran Guerra éstas habían sustituido a los hombres en sus trabajos y era necesario facilitarles la vida en el hogar. Escribió en 1926: «Toda mujer pensante debe ser consciente del retraso que tienen aún los métodos domésticos, y debe reconocer que éstos obstaculizan su propio desarrollo.»
Nuevo modelo de cocina
Ella pensó cada detalle en relación con el trabajo al que respondía, los distintos materiales y colores según sus características supuestas: el roble prevenía los gusanos, la haya resistía mejor a las manchas, a los ácidos y los cortes; el color azul servía para ahuyentar a las moscas. Estudió también el flujo de trabajo en la cocina pensando en una sola persona, su superficie era de 6,5 m2; fue diseñado como un eficiente laboratorio lo que implicaba un cambio radical. Era el primer modelo de cocina compacta, donde todas las partes quedaban perfectamente integradas y adaptadas, en el mínimo espacio posible, de acuerdo con su función: almacenaje, lavado y planchado o cocinado.
Se integraron nuevos accesorios: una tabla de planchar abatible que se recogía sobre la propia pared; un canal de residuos junto a la superficie de trabajo, podía vaciarse al exterior a través de un colector; un contenedor de columna para escobas, cubos y productos de limpieza; una despensa con recipientes de aluminio para conservar alimentos a granel, excepto en el caso de la harina, almacenada en un contenedor especial de madera de roble cuyo ácido tánico impide que se agusane; un escurreplatos sobre el fregadero; un radiador; una luminaria corredera para concentrar la luz donde más falta hacía en cada momento. La posición de cada uno de estos elementos fue estudiada en relación a todos los demás para ahorrar todo esfuerzo innecesario y procurar la máxima comodidad de trabajo.
Viaje a Moscú
En 1928 se filmó una película promocional de 7,53’ de duración, para facilitar su difusión y aceptación social. Mostraba una comparación entre el trabajo de un ama de casa en la Cocina de Frankfurt con su equivalente en otra convencional. El diseño alcanzó resonancia internacional, en Francia se construyeron 260.000 viviendas sociales con esta cocina. Durante la II Guerra Mundial, se instalaron en Estados Unidos y Suecia, países periféricos del conflicto bélico. Así empezó la historia de la cocina de nuestros días.
En 1930 Grethe y su esposo Wilhelm Schütte viajaron a Moscú; allí participó en grandes proyectos y fue profesora de arquitectura. En 1933 expuso algunos trabajos en la Feria Mundial de Chicago, El siglo del Progreso. Después de un tiempo en Londres y París, se trasladó a Turquía en 1938, para enseñar en la Academia de Bellas Artes. Diseñó un jardín de infancia, basado en las ideas de María Montessori.
Afiliación al Partido Comunista
En 1939 se afilió al Partido Comunista Austriaco y volvió a Viena para participar en campañas antifascistas. Fue arrestada por la Gestapo en 1941 y liberada en 1945 por las tropas USA. Posteriormente trabajó como consultora en China, Cuba y la República Democrática Alemana.
Su país le reconoció sus logros dándole el Premio de Arquitectura de la Ciudad de Viena en 1980. Fiel a sus convicciones, se negó a recibir en 1988, otro premio de manos de Kurt Waldheim, entonces presidente de Austria, por su pasado nazi. Su obra se expuso, por primera vez, en 1993 en el Museo de Artes Aplicadas de Viena. En 1995 se unió a un grupo de austriacos supervivientes del Holocausto que demandó al xenófobo Jörg Haider, ante el Parlamento, por sus ataques con bombas contra gitanos y por negar los campos de concentración, que él llamó «campos de prisioneros».
En 1997, Margarethe celebró su propio centenario bailando un último vals en el Museo de Artes Aplicadas de Viena donde murió en el 2000, cinco días antes de cumplir 103 años de edad. Sus restos están en la Tumba de Honor del Cementerio Central de Viena.
