El fuego que arrasó Moria la pasada semana no es el primero. Sus instalaciones han sido parcialmente quemadas repetidamente, demostrando las carencias y la falta de medidas eficaces de seguridad y protección. Sin medidas de acogida y asilo coherentes, esas tragedias seguirán ocurriendo, lo que confirma de la peor manera la ineficacia de las políticas de disuasión aplicadas.
Desde Médicos del Mundo hacemos, una vez más, un llamamiento al Estado, a las organizaciones internacionales, a la sociedad civil y a la ciudadanía para que salvaguarden los derechos humanos de las personas forzadas a migrar. Quienes migran y buscan refugio son, ante todo, seres humanos.
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