Tal y como venimos reivindicando la vivienda es un problema con soluciones, pero para que sean efectivas es necesaria la actuación decidida y coordinada de todos los niveles de la administración: estatal, autonómica y municipal.
La estatal tiene que avanzar en la regulación y en los controles, y no apelar únicamente a la buena fe de los propietarios o a la actuación de las comunidades autónomas.
Es necesaria la ampliación de las posibilidades de endeudamiento y financiación de los municipios, siempre que el fin sea la ampliación del parque público de vivienda en alquiler, la concesión de préstamos blandos, el cierre de los pisos turísticos ilegales, la limitación de los precios del alquiler, el fomento de las entidades de lucro limitado en el sector inmobiliario, etc. y, con este mix de medidas en marcha, la puesta a disposición de la ciudadanía de subvenciones, que faciliten el acceso a la vivienda pero no sean una variable determinante del incremento del precio de la misma.
En Rivas en concreto, desde Más Madrid, proponemos, la puesta en marcha de una oficina de gestión del alquiler operativa, dotada de los medios humanos necesarios, que desarrolle un plan de captación de viviendas, que asegure una remuneración mínima al propietario y facilite el acceso a los usuarios a un precio asequible. Esta medida serviría para colocar en el mercado un número de viviendas suficientes como para poder influir de forma efectiva en el precio del alquiler, ya que construir vivienda pública es necesario e imprescindible, pero por el coste y el tiempo que requiere por sí misma es insuficiente a corto plazo para influir en los precios.
Esta medida además fomentaría la actividad económica de la ciudad, ya que nuestra propuesta no contempla sólo una remuneración económica por las viviendas, sino una rehabilitación, con criterios de bienestar y transición ecológica, que se llevaría a cabo por empresas con vinculación al municipio.
En esta misma línea de trabajo, en la de desarrollo de políticas integrales de ciudad, consideramos imprescindible una política clara de desarrollo del suelo, o del escaso suelo que nos queda en el municipio.
El proceso Párate a Pensar fue necesario para poner el foco en el déficit de la inversión realizada por parte de la comunidad de Madrid en los servicios públicos básicos de la ciudad, como puedan ser los educativos, sanitarios o de transporte, pero actualmente es imprescindible el desarrollo de una política de suelo, que defina y concrete que se va a hacer con cada una de las parcelas que tenemos disponibles, política que derive del proyecto de ciudad qué queremos, que sea refugio para nuestra juventud y no para la inversión especulativa.