La sangre hierve (El rojo corazón del escorpión) Capítulo XXIX

Prólogo de tiempos distintos, de una nueva Era… Acuario nos ha pillado con el paso cambiado. Aunque, con seguridad, sobreviviremos, habrá que adaptarse. (Época convulsa ésta.) Giro la cabeza, vuelvo la vista atrás. Se ha terminado un ciclo, ¿no somos capaces de darnos cuenta? ¿Durante cuánto tiempo vamos a seguir corriendo en círculos? Brújulas, campos magnéticos, trepanación, ¿salto al vacío? (Se generan nuevos espacios que nos va a costar gestionar.)

Tendremos que dejar de lado las polaridades; debemos aprender a mirar más allá de la dualidad; estamos obligados a formar parte del colectivo aunque podremos preservar nuestras propias singularidades. Hay que darse la mano; competir no tiene sentido. No es necesario disolverse pero nos deberemos integrar en grupos que sean capaces de gestionar las diferencias. ¿Seremos mutantes? (Veintiséis mil años por delante, mucho tiempo, no creo que sea capaz de vivir tanto… Mi historia particular no interesa a nadie ¿interesa la tuya? Cristal oscuro.)

Mis mayores tesoros son recuerdos; joyas demasiado difíciles de guardar (I look in every corner; I’m looking … What am I looking for?… I don’t know, I’m lost. So no one can find anything).

Tres colores: Rosa, amarillo y verde,

Hades Gaudó

Nota a pie de página:  Como quiera que este espacio es reducido, tengo que restringir los ruegos habituales para que desde Europa se tomen medidas efectivas para ayudar a los refugiados. Ya sean sirios o africanos, sean subsaharianos o magrebíes, a todos lo que sufren. A pesar de los gravísimos problemas que ahora tenemos “en casa” por causa del Covid-19, el “coronavirus” dichoso, en Europa y en España no cejamos en el empeño: seguimos cerrando fronteras; continuamos levantando barreras, unas de espino y otras de papel, algunas —mucho peor— de acero invisible, barricadas custodiadas por cíclopes y dragones (malditas leyes e ideologías). Cientos, miles de muros y vallas siguen elevándose hacia los cielos en todo el mundo…. Cientos de miles, millones de personas, continúan sin poder ejercer uno de los derechos elementales del ser humano. Lejos de resolverse, la situación se agrava cada día más ¿Quién ha dicho que tenemos derecho a levantar vallas y a cerrar fronteras? ¿a quienes queremos engañar?

Y no queremos terminar sin volver a recordar un asunto puntual importantísimo para ayudar en España como es el de solucionar de una vez por todas la insoportable la situación española en el asunto de los  desahucios: cientos, miles de familias quedan en la calle porque la legislación española no soluciona la gran estafa que la Banca ha propiciado en las últimas décadas; auténtico pillaje que está dinamitando la cohesión social. A pesar de la grave situación actual, tampoco eso cambia y sigue su curso exactamente igual que hace unos meses. La Banca es implacable…

Y todo eso hay que hacerlo dejando aparte cualquier tipo de consideración ética y/o moral dejando de lado las ideologías, las creencias religiosas y las consideraciones económicas…, eso hay que hacerlo  simplemente PORQUE ES LO CORRECTO.

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