Para tener una conciencia limpia antes hay que tener una conciencia; y, luego, ya estará limpia, sucia o como sea. Para tener una no manipulación con nadie, ayudando siempre al rigor o a la información responsable, antes hay que tener condescendencia con el que ya razona… ¡y no putearlo tanto!
Sí, he escuchado por boca de privilegiados, usureros, represores y de narcotraficantes eso de «tengo la conciencia limpia» y, además, se atrevían a justificarlo con «ni he matado, ni he violado ni he engañado a nadie«. Nada más lejos de la realidad, puesto que ya colaborar con la droga es, con certeza, ser responsable y causante de sus consecuencias. Y el tener conciencia es darte cuenta precisamente de eso.
Claro, Hitler no mató con sus propias manos a nadie, él no, sino mandó a otros que lo hicieran. Así que, el tener conciencia, es el DARTE CUENTA de las consecuencias que pueden tener (o tienen ya en un presente) tus actos; por lo que has de tener necesariamente unos conocimientos objetivos de la realidad, además del atenerte a una condición ética con su autocrítica.
Sí, tener verdadera conciencia (sin alineación no libre, sin pasividad y sin indiferencia) significa el darte cuenta de cómo se causan las cosas (sociales o ambientales), porque tú no las causes. Y, así, de cuantas más te des cuenta, mejor, por agrandar tu propia conciencia y al mismo tiempo corregir actos que es lo que la harán limpia; o sea, es tu activo o volitivo compromiso ético con tus hechos lo único que la dejarán… limpia.
En eso, no se debe mezclar inocencia con conciencia; ya que un niño tiene plena inocencia y aún no tiene conciencia de casi nada. Cierto, inocencia es no conocer el mal ni los efectos de tus actos (porque no tienes tal capacidad); por el contrario, conciencia es el decidirla lo antes posible, en un atento compromiso ético, al cual sí estás capacitado como cualquier ciudadano.
Pero, lo indignante de todo hasta acabar uno patidifuso es que todos van de “enteradillos” y además se creen conscientes de todo, e incluso te reprenden o te intentan dar lecciones de buena ejemplaridad (aunque tal ejemplaridad es al final un lindo timo). Sí, promoviendo el toreo te dicen que aman con toda el alma a los animales y, siguiendo con unos valores machistas, te dicen que están por darles a las mujeres sus derechos (algo así como sucumbir a tantos ruegos y tirárselos ya a sus caras).
Lo que entienden, lo entienden siempre “retorcidamente” o a contrarrazón; porque, en el fondo, han vivido SIN ATENDER A LA LUZ y solo entienden con las luces apagadas de sus cerebros, ¡en efecto!, como productos de lo que han premiado sus hechos o el ayudar siempre a estupideces, a frivolidades, a telebasuras, a que se hagan famosos atontados, a pícaros del espectáCULO y a corruptos que les han encandilado bien las ideas.
Muchos quieren tener conciencia después de ser cómplices de tantas y tantísimas injusticias o sinrazones; o bien silenciándolas o bien sin una confrontación a sus fondos (a sus infraestructuras) o bien con el desacreditarlas como tal, o sea, ya haciéndolas ver “como que no son tan malas” o de una manera en falsa benevolencia.
En fin, en objetividad solo han alimentado falsas ayudas (ayudas que las han creído ellos buenas pero a la vez con un fondo total de error y de antiética), solo han alimentado falsos bienes, falsos sueños y falsas curas o falsas caras muy duras. Así es.
José Repiso Moyano