Según un estudio internacional liderado por la Universidad Complutense que analiza las aguas residuales.
El consumo de drogas ilegales y de nuevas sustancias psicoactivas (NPS) aumenta especialmente en España durante la celebración de festivales y la cocaína es la droga más consumida.
Así lo concluye el estudio internacional titulado ‘Epidemiología basada en aguas residuales como herramienta de vigilancia para evaluar el consumo humano de sustancias psicotrópicas: alcohol, nicotina y cafeína como estudios de caso’, liderado por la Universidad Complutense de Madrid y que analiza las aguas residuales de una gran ciudad española, según precisó este jueves la institución académica en un comunicado.
El trabajo, en el que también participan la Universidad de Atenas y la Universidad de Queensland (Australia) y que ha sido publicado en la revista ‘Environment International’, analiza muestras tomadas durante la Nochevieja de 2021 y Año Nuevo de 2022 y durante la celebración de un festival de verano en julio de 2022 en una ciudad española cuyo nombre no se desvela en el estudio por cuestiones de “confidencialidad”, según puntualizó a Servimedia la UCM.
En el caso de las drogas ilegales, la de mayor consumo fue la cocaína, seguida de MDMA y MDA, y el uso de drogas ilegales, incluyendo cocaína, ketamina, MDMA y MDA, aumentó en comparación con una semana “normal”, sin eventos festivos.
Entre las NPS, la que presentó mayores niveles de consumo, expresado en miligramos/día por 1.000 habitantes, fue la 3-metilmetcatinona (3-MMC). Para este compuesto, en tan solo seis meses se detectaron “cambios de consumo”, ya que este fue “mucho más elevado” en el primer periodo (Nochevieja de 2021 y Año Nuevo de 2022) que en el segundo (festival en julio de 2022).
Cambios de consumo en 6 meses
En cambio, en “otros casos” se observó un “aumento” de consumo durante el festival y, a este respecto, la investigadora del Departamento de Química Analítica de la UCM Emma Gracia Lor explicó que, según el estudio, “en tan sólo seis meses se detectaron cambios de consumo de algunas NPS”. “Es decir, que, en un periodo de tiempo relativamente corto, se observaron cambios en los patrones de uso y niveles de consumo de algunas de las sustancias estudiadas en la ciudad investigada”, abundó.
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores tomaron muestras de aguas residuales a la entrada de una depuradora en dos periodos de muestreo: el primero, del 29 de diciembre de 2021 al 4 de enero de 2022 y el segundo, del 29 de junio de 2022 al 12 de julio de 2022 y se utilizaron 100 mililitros de agua residual de cada muestra tomada.
Tras su filtración para eliminar los elementos sólidos en suspensión, se llevó a cabo una etapa de “preconcentración de los compuestos” y el extracto obtenido en este proceso se analizó mediante la técnica de cromatografía líquida acoplada a la espectrometría de masas, una técnica analítica “muy selectiva y sensible” que, según la científica de la UCM, “permite determinar concentraciones muy bajas de los compuestos de interés”.
Una metodología consolidada
Según la institución académica, este estudio “consolida” a las aguas residuales como una metodología con “un gran potencial” para obtener información “relevante” sobre hábitos de consumo, estilo de vida, salud y bienestar.
A este respecto, la UCM subrayó que la información sobre el consumo “real” de este tipo de sustancias “es difícil de obtener utilizando los medios tradicionales como las encuestas, información médica o información policial”.
En la misma línea, Gracia Lor aseveró que, por ejemplo, la realización de encuestas “supone un proceso largo” y que “otra de las limitaciones es que un alto porcentaje de los encuestados no dicen la verdad, bien por el estigma social que existe sobre el uso de drogas o bien porque desconocen qué compuesto han tomado”.