El nuevo Premio Princesa de Asturias de las Artes nos ha sorprendido por un hecho poco habitual, ¿cómo es que Joan Manuel Serrat no había sido ya galardonado con él? Su presencia en nuestras vidas es eterna acompañándonos con su voz familiar y con sus poderosos mensajes propios o prestados por los grandes poetas. Entre sus grandes virtudes encontramos aquella con la que solo cuentan los que son grandes también en lo humano: el compromiso. Un compromiso que le llevó incluso al exilio por su oposición al franquismo. Su música, como tantas otras en momentos clave de la historia, nos ayudó a imaginar la libertad y a soñar con un mundo mejor.
Y es que la música siempre ha sido un poderoso catalizador para la acción social y política, un elemento de empuje que ha servido para ayudarnos a lograr cambios históricos. Los himnos revolucionarios, con sus letras intensas y sonidos llenos de poder, han servido para inspirar a generaciones enteras a levantarse contra la opresión y luchar por la libertad y la igualdad. A lo largo de la historia han surgido himnos que se han convertido en símbolos de resistencia y esperanza para aquellos que buscan un cambio. ¿Qué os parece si repasamos algunos de ellos?
«La Internacional»
La letra original del gran himno de la internacional obrera se compuso al calor de uno de los eventos emancipadores más poderosos de la historia, la Comuna de París. Eugène Pottier fue su autor, pintor y escritor que participó muy activamente en el movimiento comunero y combatió en defensa de la Comuna hasta la Semana Sangrienta de mayo de 1871. A partir de ahí fue adoptado por movimientos socialistas y obreros desde finales del siglo XIX adaptando su letra a las diferentes corrientes ideológicas. Entre otras causas fue el himno de la Segunda y Tercera Internacional y de la propia Unión Soviética hasta 1944, entonándose todavía en congresos y actos de los partidos y movimientos políticos que surgieron del movimiento obrero.
«La Marsellesa»
Se trata de uno de los himnos nacionales más famosos e icónicos de la historia. La «Marsellesa», fue compuesta en 1792 por Claude Joseph Rouget de Lisle, un oficial del ejército francés. Originalmente titulada «Chant de guerre pour l’Armée du Rhin» (Canto de guerra para el Ejército del Rin), la canción fue escrita bajo la amenaza de la llamada Primera Coalición de monarquías europeas que pretendía detener la Revolución Francesa.
Se convirtió en el himno nacional de Francia en 1795 durante el desarrollo de ésta, aunque llegó a estar prohibido durante la época del Imperio napoleónico o de la restauración borbónica en el siglo XIX. Y por supuesto durante la ocupación nazi y en la Francia de Vichy, convirtiéndose aún más, por tanto, en un canto a la libertad y a la lucha contra la opresión y la ocupación extranjera como lo fue en su origen. Todo un símbolo para la Resistance.
Como curiosidad cabe comentar que se ha tratado de reescribir en muchas ocasiones, incluso por parte de firmas ilustres como Víctor Hugo. La razón principal es la propia violencia del texto original:
“¡A las armas, ciudadanos!
¡Formemos nuestros batallones!
¡Marchemos, marchemos!
¡Que la sangre de los impuros riegue nuestros campos!”
«Bella Ciao»
Ya que hablamos de himnos de resistencia durante la Segunda Guerra Mundial no puede faltar «Bella Ciao», una canción que se escuchó con profusión en las voces de los partisanos italianos durante su lucha contra la ocupación nazi-fascista. Más allá de volver a la palestra, de forma un poco desubicada, gracias a la serie La Casa de Papel, hablamos de una de las obras más bellas y emocionantes de este listado.
En origen hay quien afirma que está basada en una obra popular italiana con raíces en la cultura campesina arrocera del norte de Italia, aunque hay diversos estudios que ponen esto en duda. En todo caso parece que la letra original hablaba de las duras condiciones de trabajo en los campos y la resistencia de los trabajadores, pasando después a referirse a la lucha partisana y a su sacrificio por la libertad.
“Esta es la flor del partisano,
Oh bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao.
Esta es la flor del partisano
muerto por la libertad.”
“Grândola, Vila Morena”
Hace pocas fechas se conmemoraba en Portugal y en el mundo el 50 aniversario de la conocida como Revolución de los Claveles, el episodio que puso fin en 1974 a la dictadura de nuestro país vecino. Durante aquellos hechos históricos también sonó un himno que quedaría marcado para siempre en el corazón de los que buscamos una sociedad más justa.
“Grândola, Vila Morena” fue escrita por el músico y compositor portugués Zeca Afonso en 1971. La canción fue retransmitida por la radio portuguesa aquel 25 de abril de 1974 como una señal para que las tropas militares afines al cambio político, y que conformaban el llamado Movimento das Forças Armadas, pusieran en marcha su plan revolucionario. La elección de esta pieza no fue casualidad, la letra nos habla de la fraternidad y resistencia del pueblo, lo que la convirtió en un himno perfecto para el paso al presente democrático de este país.
Estos y otros himnos de cambio motivaron a millones para luchar por un mundo mejor. ¿Cuáles serán los himnos del futuro? Lo único que sabemos es que los vamos a necesitar.
Eduardo Moreno
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