En estos días la Asociación Católica de Propagandistas ha lanzado una campaña bajo el lema «rezar frente a las clínicas abortistas está genial«. La asociación carga contra la próxima modificación del Código Penal que castiga los ataques a las mujeres que quieren interrumpir sus embarazos. La campaña la han desplegado en 33 ciudades españolas que incluye 260 paneles instalados en calles y paradas de metro. Y advierten de que es una de otras que vendrán.
Acosar, hostigar, amenazar a las mujeres que, aun ejerciendo su derecho, se encuentran en la nada agradable situación de ir al quirófano, es un delito en sí mismo. Situarse en las puertas de una clínica cuando pasan por allí las mujeres en el duro trance médico de interrumpir su embarazo, no es solo un acto inmisericorde, agresivo y poco evangélico, va contra un derecho inalienable de las mujeres y es un delito flagrante de acoso.
Claramente lo ha expresado la ministra de Igualdad Irene Montero, «el derecho fundamental a rezar, a profesar cualquier religión es un derecho que se debe de preservar, pero cuando tú robas, aunque lo hagas rezando, estás robando, y cuando tú acosas a una mujer que está tratando de ejercer un derecho fundamental, como es el derecho a decidir sobre su propio cuerpo, aunque lo hagas rezando, estás acosando».
Los espacios públicos son de todas/os, y esos espacios no deben ser utilizados para acosar, mentir o hacer proclamas contra las leyes acordadas y admitidas por todos/as.
La dirección del Consorcio de Transportes de la Comunidad de Madrid, está recibiendo un aluvión de quejas para que esa campaña que vulnera la legislación, ignora los derechos y acosa a las personas, sea retirada de inmediato. Son muchas las entidades que están protestando contra este tipo de campañas. La exvicepresidenta Carmen Calvo aboga por que se blinde en la Constitución el derecho de las mujeres a abortar. Incluso el presidente francés Emmanuel Macron, ahora presidente de la Unión Europea, ha planteado que la interrupción voluntaria del embarazo forme parte de la carta de derechos europeos.
La Asociación Laica de Rivas Vaciamadrid (ALRV) quiere solidarizarse con las mujeres que libremente quieren ejercer sus derechos fundamentales y son acosadas por ello. Y exigimos a los poderes públicos competentes (Dirección de Metro, Comunidad de Madrid…), que tomen las medidas para que la campaña se retire, para impedir el acoso en las clínicas a mujeres y trabajadoras de los centros y porque se aplique la Ley que protege este derecho fundamental y la libertad para decidir a las mujeres.
Asociación Laica de Rivas Vaciamadrid