Las elecciones europeas del pasado 9 de junio no fueron el plebiscito montado en torno al presidente del Gobierno por el PP, que vio truncadas, una vez más, sus propias expectativas. A nivel continental, dejaron un toque severo de atención por el auge de la extrema derecha en países como Francia o Alemania. También en España han crecido estos partidos de posiciones extremas y negacionistas del progreso, próximas al fascismo.
En Rivas, tanto la dirección como la militancia del PSOE están satisfechas con el resultado obtenido en estos comicios. La candidatura de Teresa Ribera ha sido la ganadora en nuestra ciudad, con un total de 13.656 votos (31,65%), por delante del PP y del resto de candidaturas. En estas elecciones, el PSOE ha logrado sumar en Rivas más de dos puntos porcentuales que en las generales del pasado mes de julio y se consolida como la única opción política capaz de convertirse en un dique de contención a la derecha y a la extrema derecha en nuestra ciudad.
No es una cuestión baladí. Habrá quien pueda interpretar que el voto a los partidos ultras en Rivas (y en el resto de España) es un voto de castigo a los partidos tradicionales, que se ejerce con más frivolidad en las elecciones al Parlamento Europeo. Pero nos debe preocupar como sociedad y como ciudad que haya votantes que se decanten por opciones extremas, que niegan realidades como el cambio climático, que se declaran antivacunas y que tan solo plantean soluciones muy simples, poco o nada efectivas, para problemas muy complejos.
Ante esta situación de avance de la extrema derecha, a la que el PP –despojado ya de la careta de moderado con que Feijoó llegó a Madrid– ha abierto la puerta de los gobiernos en media España, los socialistas seguimos apostando por una Europa fuerte y unida, que siga cambiando la imagen y la vida de las ciudades. En los últimos años, sobre todo después de la pandemia, la Unión Europea ha dejado en Rivas inversiones millonarias a través de fondos que han servido para avanzar en digitalización, para regenerar la escena urbana en espacios que necesitaban ser renovados, como Covibar, o para incidir en nuevas alternativas de movilidad sostenible.
Esa es la Europa de los pueblos, la Europa que cuida de sus gentes, la que ha sabido alejarse de posiciones que tan solo sirvieron para agudizar más los problemas de la ciudadanía. Esta nueva Europa, en la que la España de Pedro Sánchez ha sabido ocupar el lugar que merece, con liderazgo y políticas transformadoras, es la Europa por la que ha votado Rivas en su mayoría. De alguna manera, en Rivas tenemos motivos para celebrarlo, y lo hacemos sin pedir permiso ni perdón a nadie, con la satisfacción por el trabajo bien hecho.