“Cuando Gabilondo despertó, Isabel Días Ayuso todavía estaba allí…”, esto publicaba el periódico Público, el 4/9/20. Pero es que Gabilondo por lo que parece, aún no ha despertado.
Y no será porque no pasan cosas en Madrid, una tremenda pandemia y una nefasta gestión con miles y miles de muertos. Y una gestión política cada vez más caótica y desastrosa para los servicios y las arcas públicas. Pero además, la presidenta Ayuso, con sus continuas sandeces y meteduras de pata, ‘se lo pondría a huevo’ hasta a los más inexpertos de la oposición.
No olvidemos que quien ganó las elecciones en Madrid fue el Partido Socialista, con Angel Gabilondo a la cabeza, que no pudo gobernar por un voto, y gracias a la confabulación de las derechas de PP y Ciudadanos con la ultraderecha de Vox.
Pero si, según los resultados de las elecciones, el PSOE junto con los partidos de izquierda se merecieron gobernar la Comunidad de Madrid, motivos y ocasiones desde entonces para los que ganaron no han faltado: una presidenta, I.D. Ayuso que no sabe lo que dice la mayoría de las veces y cuando lo dice puede afirmar una cosa y la contraria en la misma intervención o unas horas después. Un Gobierno de la CM que se ha instalado en la oposición permanente al Gobierno de la Nación haga lo que haga o diga lo que diga. Una nefasta gestión de los inicios de la pandemia en la que dejaron morir a miles de ancianos en las residencias por una orden expresa de no admitirles en los hospitales. El montaje de un hospital de campaña (IFEMA) para ser desmantelado pocas semanas después. El derroche obsceno de miles de millones de euros (el triple de los presupuestado) en el nuevo hospital Isabel Zendal para lucimiento personal y que no sirve para nada. El descalabro de toda la Sanidad Pública precarizada en recursos, en personal y agotada por abuso de los profesionales. El derroche de los 3.000 millones transferidos por el Gobierno Central como apoyo para la pandemia y que han desaparecido. Y otras tropelías varias como su apartamento de lujo, la nueva Ley del Suelo, el continuo desmantelamiento de la Atención Primaria, la externalización de la vacunación y el lento proceso para administrarlas, el blindaje de la enseñanza concertada (religiosa en su mayoría) ante la Ley Celá, el desastre de gestión de la tormenta Filomena, etc.
Y ahora, que supone la demostración palpable de que el H. Isabel Zendal no sirve para nada, la derivación de los enfermos de Covid a hospitales privados, que cuesta a las arcas públicas por lo menos el triple del coste en atención en los Públicos. Ayuso se hartó de decir que con el Zendal se resolverían todos los problemas de atención hospitalaria.
Gabilondo ha tenido y tiene cientos de temas para salir a denunciarlos a la opinión pública y sobre todo para hacer bien su trabajo, que para eso le han elegido, para defender los intereses de Madrid y no consentir que todos los servicios públicos sean desmantelados. Pero Gabilondo no está… Incluso, entre los partidos de izquierda se articuló una posible moción de censura, que casi con toda seguridad estaba ganada y que Gabilondo la rechazó diciendo «es imprescindible censurar a este Gobierno, creemos que es un Gobierno fallido, pero hay que encontrar el momento adecuado para pensar si esa es la prioridad. Yo creo que en este momento la prioridad absoluta es luchar contra esta pandemia», dice Gabilondo, a la pregunta de la periodista Mamen Mendizabal.
Ahí se las apañan Isa Serra de Podemos y Mónica García de Más Madrid, con sus pocos diputados, intentando llevar a cabo la única oposición visible que se está ejerciendo en la Asamblea de Madrid.
La Comunidad de Madrid necesita urgentemente un cambio de Gobierno, y para eso necesita una oposición organizada, y al frente un líder fuerte, que tendrá que ser el del partido ganador. Si Gabilondo está cansado o no se atreve a hacerlo, lo mejor que podría hacer es dimitir, seguro que los madrileños de hoy y del futuro se lo agradecerían y le recordarían como un político coherente.
JManuel del Castillo