El periodista de Onda Vallekana y experto en flamenco, Pedro Lorenzo, comenta el desarrollo de la mayor cita con el «cante jondo» en Rivas, durante los días 3 y 5 de abril.
En la primera jornada del día 3 de abril tuvo lugar la gran gala de los ganadores del Festival Internacional de cante en las minas de La Unión 2024. Actúa en primer lugar Jesús Corbacho, Lámpara Minera 2024 y La Yunko, Premio de Desplante de Baile.
En la segunda parte del Festival Rivas Flamenca, estuvo ese día Rubito Hijo, lámpara minera 2003 con la guitarra de Antonio Carrion y las palmas de Manuel Vinaza y Tate Nuñez. El acto estuvo presentado por el trovero y crítico flamenco Paco Paredes.
Tras la presentación salió el onubense Jesús Corbacho «alante» del escenario cantando un pregón, continuando por una minera que dedica a los mineros fallecidos hace dos días en Asturias. Largo aplauso.
A continuación salieron los palmeros e hizo una tanda de bulerías por soleá, y soleá. Se fue a Cuba para traer unas guajiras que ejecutó con solvencia, cerrándose así la primera parte.
Un Corbacho solvente y una gran actuación de Paco Paredes en el Festival Rivas Flamenca
Tras unos minutos para cambiar el escenario, volvió Paco Paredes, que nos improvisó un trovo y presentó a la Yunko, bailaora japonesa, que en compañía de Juan José Amador y Gabriel de la Tomasa, se arrancó bailando unas tarantas sencillas. El primer cantaor más metálico y el segundo más afilado. Hizo otro baile por mineras y remató por alegrías yéndose al vestuario. Un solo de guitarra por rondeñas y salieron los cantaores para empezar un cante por alegrías y con nuevo traje de cola y un braceo sorprendente.
Tras 15 minutos de descanso volvió Paco Paredes al Festival Rivas Flamenca. Mencionó a Antonio, Carrión y sus 50 años tocando la sonanta y éste nos hizo un solo maravilloso acompañado al compás por Tate Núñez y Manuel, Binza, saliendo ya Robito hijo, que empezó con unas atarantas con mucha fuerza y compás. Habló Rubito de la gente de Rivas, dándole las gracias por estar allí, a la organización y a La Unión por haberle puesto en un lugar que no tenía antes de conseguir la Lámpara Minera hace ya unos cuantos años.

Alegrías a continuación y unas seguiriyas «para los buenos aficionados «. Se dolió con ellas, muy bien ejecutadas. Hizo una ronda de tanguillos de Cádiz acordándose del tío Chano, para rematar por unas bulerías, y recibiéndose a Antonio. Carrión cantó la letra que dice «Mira que flamenco es que duerme con la guitarra en vez de con su mujer». Una velada agradable en la que no se puede pedir más para iniciar un Festival Rivas Flamenca ya consolidado que tiene en su acervo la excelencia. Mañana más.
Tercer día de Rivas Flamenca en el Auditorio Pilar Bardem
Dentro de la gira «Enlorquecido» de Miguel Poveda, el cantador Catalán regaló en Rivas para deleitarnos con su «Poema del Cante Jondo» que hizo al completo.
Comenzó con «Ay» por caña, canto otros dos poemas y empezó su plática que fue abundante, socarrona y a veces lasciva. «El Poema del Cante Jondo, que tiene cincuenta y cinco poemas bellísimos, no voy a cantar todos, sólo, todos los del disco y alguno más». «Federico te queremos». «Los que venís con la caja de sentir abierta, espero que os emocionéis con estos poemas que no son míos pero que los hago míos».
Hizo «Baladilla de los tres Ríos», tras su espiche, para continuar por el «poema de la soleá»; se fue «por lo alto del cerro de Palomares», tanguillos, y se metió en «Jaleo, jaleo». El Auditorio a rebosar se caía, estaba a gusto Miguel y el público entregado.

Miguel Poveda triunfó ante una sala a rebosar
El Festival Rivas Flamenca siguió con » El llanto de la guitarra», de la que dijo que los arreglos eran de los Makarines, recordó a Paco a Enrique de Melchor, Sabicas, Juan Habichuela.. y se la dedicó a Jesús Guerrero, grandísimo guitarrista con el que grabó el disco y que pudo demostrar en un sólo junto al percusionista Paquito González, que suele acompañar a Vicente Amigo, de quie dijo jocosamente que no sería tan amigo, que cuando le llama el cordobés se va con él. Antes del referido sólo de guitarra y que puso al público en pie, cantó Poveda «poema de una siguiriya gitana», unas seguiriyas dedicada a Silverio Franconetti que no se puede hacer con mayor sentimiento y jondura. Chapeau!
«Diálogo del Amargo» e hizo otro spiche, habló de Sevilla «que tanto me ha dado y también quitado, se llevo a mi padre. Los sevillanos están bien para la Feria». «Sevilla para vivir, Córdoba para morir».
Fue presentando al grupo que le había acompañado, subió al escenario del Festival Rivas Flamenca a Manuel Valencia, hermano del cantaor José Valencia y se dio una pataíta; a continuación subió Miguel Poveda a las gradas mezclándose entre el público cantando, cómo no. Más de dos horas de un recital para el recuerdo que ni ripenses ni foráneos vamos a olvidar fácilmente. ¡Grande Miguel!