OPINIÓN

Carta abierta sobre Palestina

Hace un mes que se desató la barbarie sobre Gaza.

Hace casi una semana que escribí un comunicado a Janette Novo, representante del Partido Popular de Rivas-Vaciamadrid. La razón fueron dos declaraciones que la representante hizo en sus redes sociales (X, antes conocida como Twitter, y en Instagram).

En este contexto de genocidio de manual, como lo ha denominado Craig Mokhiber, alto funcionario de la Organización de las Naciones Unidas, Janette Novo exige acabar con el convenio firmado con la Asociación Cultural y de Cooperación Pallasos en Rebeldía y retirar las banderas palestinas colocadas por iniciativa popular en muestra de apoyo al pueblo palestino.

Siendo enfermera, salté al mundo de la pedagogía y traté de explicarle a Janette, grosso modo, el contexto histórico y actual en la franja de Gaza y en los territorios ocupados de Cisjordania, a fin de que pudiera rectificar antes de señalarse cómplice del genocidio, pues dudo que el grueso de las 16.778 ripenses a las que representa se posicionen en contra de los Derechos Humanos y de la Infancia. Su respuesta, por correo electrónico:


Te garantizo que distinguimos al pueblo palestino de Hamás, a quien responsabilizamos del conflicto y de la situación que sufren no solo los israelíes sino los propios gazatíes y cisjordanos.


Mi corta experiencia como pedagoga amateur fue devastadora, y sólo me dejó un mar de dudas en las que navego rodeada de angustia y desesperanza. La primera: ¿tiene Janette Novo la poca vergüenza de soltarme tremenda mentira después de haberle ofrecido toda la información fácil y sencilla, bien masticadita? La respuesta es sí, la tiene.

Más de 10.000 asesinatos cometidos en la franja de Gaza a manos de las Fuerzas de Defensa Israelí, más de 150 en Cisjordania con la ayuda de colonos extremistas. Israel lleva a cabo un castigo colectivo, movilizaciones forzadas de población, un genocidio en streaming, una limpieza étnica, un estado de apartheid. Todo esto, sobre la población a la que le quitaron el 55% de su tierra. Todo esto, desde hace 75 años, sin pausa.

Como contrapropuesta a la iniciativa popular, Janette Novo sugirió colocar banderas de España. El Estado Español es un estado firmante de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y de la Declaración de los Derechos del Niño, y miembro de la Organización de las Naciones Unidas. Ondear esta bandera debería suponer la obligación de asegurar el cumplimiento de estas declaraciones en su totalidad y señalar las violaciones de las mismas. Debería, pero no, no para el PP. El doble rasero triunfa más que el rojo y el amarillo.

Siendo consciente de que el origen de estas declaraciones no es la ignorancia, pues la información le ha sido facilitada, además de estar accesible a la ciudadanía, ¿cuál puede ser la razón de esta ceguera cómplice y nauseabunda? Mis conclusiones van desde el racismo más feroz hasta la obediencia más indiscriminada a las cúpulas de su partido, pues se comenta que Isabel Díaz Ayuso está deseando jugar a las Cuatro en Raya con Netanyahu y hablarle sobre su protocolo de residencias, para impresionar.
Sean cuales sean sus razones, no son válidas. No hay dos posiciones válidas ante un genocidio, no se está hablando de playa o montaña, dulce o salado. Es bastante sencillo, bastante humano.

Reitero mis exigencias de retirar sus comunicados en ambas plataformas, y sumarse a la voces que exigen un alto el fuego, el retorno de la tierra y la penalización de los crímenes de guerra y la violaciones de Derechos Humanos perpetrados por el estado de Israel. La ciudadanía de Rivas no merece menos que representantes políticos informados, críticos y solidarios.

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