El agua es un bien universal y una necesidad absoluta para los seres humanos, ‘allí donde no hay agua no hay vida’, refiriéndose tanto a lugares u objetos físicos, como a nuestro propio cuerpo (la piel, los órganos,…), esto nos contaba el Maestro Lee en su segunda charla sobre ‘sanación’ impartida en la sede de RivasPuede/Podemos.
El agua ya es un bien muy escaso y lo será más en el futuro en la medida que rápidamente estamos alterando el clima de nuestro planeta y agotando los recursos naturales. Desde hace tiempo, las grandes empresas están intentando comprar (privatizar) las fuentes donde nacen los grandes ríos, así como zonas donde aún hay grandes superficies de agua potable helada.
El cuerpo humano necesita dos litros de agua aproximadamente al día, cerca de un litro lo obtenemos de los alimentos que ingerimos (que contienen agua), pero otro litro al menos, tenemos que ingerirlo directamente. El agua que vayamos a beber, preferiblemente obtenida de las fuentes naturales, no necesariamente filtrada (porque pierde las sales en disolución) y si es del grifo, mejor llenar un recipiente y dejarlo reposar durante varias horas, para que evapore el cloro.
El agua que tomemos, mejor hacerlo entre comidas y no durante ellas. Los alimentos ya tienen agua, por tanto no es necesario beber mucho. Lo ideal sería beber un vaso cada hora (entre comidas), además saboreándola, para que las sales sean absorbidas por las papilas de la boca.
Cada persona sabe cuánta agua necesita (sirvan de referencia esos dos litros en total). El mejor maestro es la naturaleza, el bosque, las plantas, se mueren con escasez de agua, pero también con demasiada. Cuando uno tiene sed ya es tarde para beber, quiere decir que el cuerpo ha estado funcionando con escasez de líquido, es antes de sentir la necesidad cuando hay que beber. Y por la noche, es importante beber un vaso de agua una hora y media antes de acostarnos, mientras dormimos el cuerpo sigue trabajando y necesita agua. Si nos despertamos con mucha sed, es porque no lo hemos hecho bien y aunque, evidentemente hay que beber, ya es tarde para la hidratación que el cuerpo necesita. Cuando el cuerpo no tiene agua, se deshidrata, se ralentiza o paraliza la digestión, tenemos estreñimiento, el pis es muy amarillo, nos cansamos, tenemos mareos, calambres, la sangre se espesa y no llega suficientemente, etc. Pero cuando tenemos exceso de agua, tenemos diarreas, nos duele la cabeza, vómitos, el cuerpo se enfría, etc.
En el último tiempo se ha puesto de moda beber dos y tres litros de agua al día, además de los líquidos que ya tomamos a través de los alimentos. Esto supone que cuanta más agua bebemos, más tenemos que eliminar el líquido sobrante, pero con lo que desechamos también se pierden sales minerales y otros componentes necesarios para el cuerpo. Para solucionarlo, algunos médicos nos recetan complejos vitamínicos, potasio en pastillas, yodo,…, u otros medicamentos. Con esto hace un gran negocio la industria farmacéutica. Las medicinas provocan que el cuerpo no trabaje por sí mismo y cada vez estará más frio.
Para que se produzca la regeneración de las células, depende de que el cuerpo esté suficientemente hidratado, o sea de la cantidad de agua que ingerimos.
La sed es una orden que recibimos desde el cerebro posterior, pero a veces la confundimos como si fuera hambre, de ahí que si no diferenciamos bien, lo que nos disponemos es a comer y por tanto a engordar. Si bebemos suficiente agua disminuimos el apetito y por tanto es más fácil mantener el peso.
La gente que padece alzhéimer prácticamente no bebe nada de agua, y lo peor es que antes tampoco lo ha hecho.
Las bebidas muy frías o muy calientes (agua, refrescos, helados,…, tés, sopas, etc.) no son buenas, provocan contrastes de temperatura en el cuerpo con lo que se producen catarros, amigdalitis, etc.
El dolor, en la mayoría de los casos, se produce porque el cuerpo se queda frío. La enfermedad frecuentemente es por malas costumbres o malos hábitos.
La aplicación de la acupuntura es ilimitada, pero por si sola no es suficiente, es necesaria la buena alimentación, los buenos hábitos, buena disposición y talante, etc. La medicina oriental no trata la enfermedad, trata al enfermo.
Lee Kill Soo