OPINIÓN

El juego de la vida

Vivir decentemente y morir con dignidad

Unos días antes de la celebración de Halloween, el 31 de octubre, acompañaba a mis nietos Logan y Suriñe a la compra de sus disfraces para esta festividad y recorría con ellos los pasillos de la tienda donde él eligió el traje de ninja y ella de Nezuko (personaje de un manga). Entonces, me dio por pensar en la interesante conexión entre Halloween, la mortalidad y el derecho a una muerte digna. 

Inmediatamente, consideré que nacer y morir forman parte de un mismo ciclo de la vida y que un ejemplo de buena existencia debería ser vivir decentemente y morir con dignidad. 

Vivir decentemente implica tener acceso a las condiciones y recursos necesarios para llevar una vida digna y satisfactoria. Entre ellos, tener acceso a las necesidades básicas como la alimentación, el agua y la vivienda; a la salud y el bienestar; acceso a una educación de calidad que permita el desarrollo personal, profesional y social; y tener un trabajo que ofrezca condiciones justas, salarios adecuados y oportunidades de crecimiento. También se considera vivir decentemente habitar un entorno donde se respeten los derechos humanos fundamentales, sin discriminación ni violencia.

Dando por bueno que ‘no solo de pan vive el hombre’, se puede asegurar que vivir decentemente no solo se refiere a la satisfacción de necesidades materiales, sino también a tener un entorno que fomente el respeto, la dignidad y el desarrollo personal. La idea es crear una vida en la que cada individuo pueda prosperar y sentirse valorado.

Volviendo a la tienda de disfraces en compañía de Suriñe y Logan, supe que los entendidos dicen que esta festividad tiene raíces en celebraciones de los muertos. Esto da que pensar en cómo las diferentes sociedades abordan la muerte y el duelo. Los distintos símbolos asociados con Halloween sirven como recordatorios de la mortalidad. La festividad permite una forma lúdica de confrontar el miedo a la muerte, promoviendo una conversación más abierta sobre el tema en lugar de evitarlo.

Yo recientemente entregué en un centro de salud mi testamento vital, un escrito en el que expongo cómo quiero que sea el momento de mi muerte. Al igual que las tradiciones de Halloween permiten a las personas explorar su relación con la muerte, el derecho a una muerte digna empodera a los individuos para tomar decisiones sobre su propio final. 

No está mal conocer cómo distintas culturas celebran o enfrentan la muerte, y cómo estas prácticas pueden influir en las percepciones sobre el derecho a morir dignamente.

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