Juan Guardó era hasta hace unos días un absoluto desconocido para el pueblo venezolano y para el resto del mundo. Pero no para la CIA.
Guaidó es el producto de más de una década de asidua preparación por parte de las fábricas de cambio de régimen de la élite del gobierno de los Estados Unidos. Junto a un grupo de activistas estudiantiles de derecha, Guaidó fue cultivado para socavar el gobierno de orientación socialista de Venezuela, desestabilizar el país y un día tomar el poder. Fue seleccionado a dedo y preparado por una academia de entrenamiento de cambio de régimen financiada por los Estados Unidos para derrocar al gobierno de Venezuela y restaurar el orden neolliberal.
El 5 de octubre de 2005 con la popularidad de Chávez en su apogeo y su gobierno planeando programas socialistas, cinco “líderes estudiantiles” venezolanos llegaron a Belgrado, Serbia, para comenzar a entrenarse para una insurrección. Uno de ellos era Guaidó.
Los estudiantes habían llegado de Venezuela por cortesía del Center for Applied Non-Violent Action and Strategies, o CANVAS. Este grupo se financia en gran parte a través de National Endowment for Democracy, una creación de la CIA que funciona como el brazo principal del gobierno de Estados Unidos para promover el cambio de régimen.
En 2007 Guaidó se graduó en la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas. Se mudó a Washington DC para inscribirse en el Programa de Gobernabilidad y Gestión Política en la Universidad George Washington, bajo la tutela del economista venezolano Luis Enrique Berrizbeitia, uno de los principales economistas neoliberales de América Latina. Berrizbeitia es ex director ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y pasó más de una década trabajando en el sector energético venezolano, bajo el antiguo régimen oligárquico expulsado por Chávez.
Hace unos meses, el gobierno Trump decide que será el nuevo «líder» de Venezuela, se lo comunica al títere, este se sube a una tarima, y se autoproclama Presidente.
¿Por qué el repentino interés de EEUU por Venezuela? No es repentino el interés del ‘enemigo del norte’ (así se les denomina en los países de América del Sur), siempre EEUU ha considerado a toda América Central y del Sur como su ‘cortijo’, como su ‘despensa’ de todo tipo de productos, principalmente de materias primas. De ahí, las sucesivas intervenciones unas veces directamente y otras de manera indirecta, para situar al frente del poder político a ‘títeres’ afines al imperialismo yankee (Panamá, Chile, Argentina, Brasil, etc.).
EEUU ya intentó en varias ocasiones acabar con el ‘chavismo’, con el presidente anterior y ahora con Nicolás Maduro. Las reservas de materias primas que se encuentran en Venezuela son vitales para los EEUU (las mayores del mundo de petróleo, de oro, de coltán, etc.). Ya Obama declaró como ‘amenaza para los EEUU el régimen de Maduro’. Y fue este Presidente el primero que se dio cuenta del error de sus antecesores, de meterse en el ‘fregao’ de Oriente Medio. Las sucesivas desestabilizaciones en estos países, también formaban parte de la estrategia americana para hacerse con el control de las materias primas, además de proteger al estado sionista de Israel, a instancia de los lobbies judíos, pero la jugada no les salió como esperaban: la extracción y el importe del crudo desde tan lejos les sale muy caro, además de tener que mantener grandes operativos defensivos y de seguridad, dada la inestabilidad existente (creada por ellos mismos).
Obama ya se percató del error de haber abandonado la vigilancia estrecha en Latinoamérica, situación que benefició el florecimiento de regímenes de corte más social liberal o incluso comunistas. Esto es lo que pretenden enmendar ahora.
Venezuela lleva sometida a un bloqueo casi total durante más de diez años, similar al sufrido por Cuba. No solo no pueden vender sus materias primas ni su petróleo, sino que tampoco pueden comprar suministros, medicamentos o productos básicos, porque los tiene bloqueados EEUU (directamente o bajo amenaza a terceros). Por tanto quienes sufren las consecuencias es la población en general.
Maduro no es ningún ejemplo de mandatario a imitar, seguro que no, pero lo que es inadmisible es que sean intereses económicos de otros (de EEUU) quienes fuercen la caída del gobierno legítimo (así lo afirman observadores internacionales como Rodríguez Zapatero por ejemplo). Guardó pretende la entrada de una ‘caravana humanitaria’ con alimentos, medicamentos,…, lo que no dice es que esa caravana viene acompañada de tropas estadounidenses y de otros países, con intención de perpetrar el golpe definitivo a Maduro. De ahí el que este se oponga a la entrada.
Esto, que es del todo conocido por la UE y los países que han reconocido a Guardó (incluido Pedro Sánchez), no parece que vaya a ser tenido en cuenta, todos los países se han plegado a los intereses de EEUU representados por el psicópata Presidente Trump, aunque la geoestrategia política está muy por encima incluso de él mismo.
JuanM del Castillo