La Semana del Orgullo Lgtbi se celebra entre los días finales de junio y los primeros de julio. Están programados actos de todo tipo y, en el caso de Madrid capital, visitantes de todas partes del mundo acudirán dispuestos a celebrar la diversidad y la libertad. Esto no es noticia ni nada nuevo porque esta efeméride se celebra desde hace muchos años.
Lo novedoso y problemático es que el presidente del PP y aspirante a presidir el Gobierno de España, Alberto Núñez Feijóo, conocido como el ‘derogador’, anunció que, si gana las próximas elecciones generales, acabará con la ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas de este colectivo, que ha reaccionado denunciando que “derogar esta ley es volver a patologizar a las personas trans”. Está claro que es necesario no bajar la guardia y luchar para impedir retrocesos esta materia.
Este colectivo reivindica cada 28 de junio sus derechos. Aunque el avance en esta materia es significativo en España, no se debe olvidar el trato recibido por las personas según su orientación sexual. Hasta bien entrados los años 80 del siglo XX, las personas homosexuales sólo eran maricones y bolleras. Los trans casi no se mencionaban y eran sencillamente «traviesos». No voy a dar datos concretos sobre su marginación porque, por suerte, por boca de sus afectados son de sobra conocidos.
Llegó el matrimonio entre personas del mismo sexo. Sirvió para que personas de partidos contrarios al mismo se puedan casar. Ahora, los trans son el próximo objetivo a batir. Feijóo dice que «es más fácil cambiar legalmente de sexo que sacarse el carné de conducir» y que por eso hay que derogar esa norma. Lo que dice este señor, que expone bobadas en vez de argumentos, ya lo dijo muchas veces Vox en la Comunidad de Madrid cuando exigía a Isabel Diaz Ayuso su derogación. La mandataria regional dijo que derogar no, sólo cambios de mejora, porque no podía ceder tanto ante esta extrema derecha que hoy es tan necesaria para hacer gobiernos de la derecha del PP.
Feijóo quiere contentar a los votantes de Vox para quitar votos a esta formación de extrema derecha con esta ‘boutade’ el 23J. Si no lo consigue y necesita de sus votos y apoyos para gobernar, quiere dejar claro que derecha y extrema derecha para ‘derogar el sanchismo’ recurrirán a todo lo necesario para ser los próximos inquilinos del Palacio de la Moncloa.