Cada vez que llega Halloween llega también un incremento de los ataques a los autobuses, a las viviendas, al mobiliario público… Sabemos que no sólo ocurre en nuestro municipio, ocurre en muchos lugares, pero eso no le resta ninguna importancia.
Me voy a centrar en lo peligroso que es que estos actos se den contra los autobuses en Rivas. Que se lancen piedras contra las lunas de los autobuses es, evidentemente, un problema serio, pudiendo ocasionar accidentes con, incluso, víctimas mortales. Pero también es peligroso que se lancen huevos contra los cristales, ya que ocasiona pérdida de visibilidad, y la posibilidad de que tengan lugar accidentes que afecten al conductor, a las y los pasajeros, a viandantes y a ocupantes de otros vehículos.
Nuestro municipio, y por desgracia, no es el único en el se producen este tipo de actos, pero no por eso son menos importantes, tanto en los daños ocasionados como en la seguridad, tanto de pasajeros, conductor e incluso el resto de vehículos y personas que circulas por la vía pública.
No quisiera lanzar un mensaje alarmista pero, desde luego, hay que darle a estos hechos las importancia que tienen y no tener que lamentar, así, en el futuro alguna desgracia considerable.
Pues bien, de un tiempo a esta parte se está vandalizando el interior de los autobuses, y no sólo con pintadas, a las que ya nos hemos acostumbrado y apenas llaman ya nuestra atención. El problema es que ahora se está poniendo de moda la quema de asientos. Eso cuando no los arrancan, llegándoselos incluso a llevar, igual que hacen con las barras donde nos agarramos para no caernos durante el trayecto.
Pero lo más grave del asunto son los lanzamientos de piedras a las lunas de los vehículos cuando están en marcha, es un tema delicado y peligroso. Pongámonos en el lugar de una persona que va tranquilamente sentada en el autobús, leyendo, escuchando música, durmiendo… Y de repente algún gracioso lanza una piedra que rompe la luna que podría llegar a golpearle en la cabeza.
Volvamos a imaginar que vamos en ese mismo autobús y, de repente, lanzan una piedra contra la luna frontal donde va el conductor o conductora que, ante el impacto se sobresalta, da un volantazo y pierde el control del vehículo. Mejor no pensemos lo que puede pasar.
O, pensemos, si en lugar de una piedra lanzan huevos a la luna y el conductor o conductora pierde la visibilidad durante unos instantes…
En cualquiera de los casos, los pasajeros y pasajeras deberán bajar del autobús, teniendo que esperar otro medio de transporte, mientras se llevan a cocheras al autobús que ha sido atacado. Esto, considerando todo lo que puede pasar, tiene poca importancia, aunque suponga una gran molestia para las pasajeras y los pasajeros.
Se ha llegado hasta el punto en que la empresa concesionaria ha amenazado con interrumpir el servicio a determinadas horas y zonas de nuestro municipio, tratando de evitar estos incidentes, al igual que ya ha pasado en otros municipios de nuestra Comunidad.
No quisiera ser el transmisor de un mensaje alarmista, más bien quisiera constatar un hecho. Querría que sirviese para que nos concienciásemos y que estos incidentes cesaran. Para tener un transporte público de calidad debemos cuidarlo.