El 20 de noviembre de 1989, 196 países ratificaron en la ONU la Convención sobre los Derechos del Niño. Se trata de 54 artículos que establecen los derechos inalienables de todos los niños y las niñas, pero también las obligaciones de los Estados, los poderes públicos y la sociedad en su conjunto para garantizar el respeto de esos derechos y su disfrute por todos los menores sin distinción de ningún tipo.
Con motivo de esta efeméride, en Rivas llevamos ya 22 noviembres celebrando el Mes de la Infancia y la adolescencia. 22 años reivindicándoles como parte de la ciudadanía de nuestra sociedad, escuchando cómo quieren que sea la Rivas del futuro y trabajando para que se reconozcan sus derechos a la educación, a la sanidad, a la participación o a crecer con dignidad y desarrollarse, entre otros. Porque solo una sociedad que hace valer los derechos de sus menores puede ser más justa, igualitaria e inclusiva.
Se suele decir de manera muy recurrente que los niños y las niñas son el futuro, y es cierto, serán quienes, con sus decisiones, moldeen la sociedad de las próximas décadas, pero también son el presente, y depende de todos nosotros y todas nosotras que así sea, porque de las experiencias que se nutran hoy dependerá los adultos y adultas que sean mañana, y también porque la mirada de nuestra infancia y juventud nos aporta un punto de vista que muchas veces como personas adultas hemos olvidado o pasamos por alto, también a la hora de construir un municipio más vivible, diverso y amable para la ciudadanía.
Este año en Rivas celebramos el 20º aniversario de nuestro Foro Infantil y Foro Juvenil, un espacio donde nuestros y nuestras peques llevan ya dos décadas opinando, debatiendo y proponiendo. Un espacio donde aprenden a trabajar de manera colaborativa, a elaborar propuestas de cambio y a ser conscientes de cuáles son sus derechos. Porque de nada sirve firmar tratados internacionales si no se trabaja para impulsarlos y hacerlos efectivos.
Rivas Vaciamadrid es el municipio de la Comunidad de Madrid con un mayor porcentaje de población infantil, y no es casualidad. En Rivas nos tomamos muy en serio a nuestros niños y nuestras niñas; llevamos décadas realizando un trabajo colectivo para asegurar, no solo que se hagan valer sus derechos, sino también que puedan gozar de la mejor calidad de vida posible, Claro ejemplo son las propuestas trasladadas en el marco del proceso participativo ‘Rivas, párate a pensar’, para diseñar el modelo de ciudad de la próxima década con más espacios públicos para jugar y más centros educativos o medidas implantadas por el Ayuntamiento, como la de los entornos escolares seguros y libres de humo o las rutas de autobuses escolares que se están poniendo en marcha actualmente, son una prueba de ello.
No quiero acabar estas líneas sin hablar de niños y niñas que están viendo cómo sus derechos les están siendo arrebatados. Niños y niñas que sufren la violencia de las guerras, que han perdido sus hogares, a sus familias o padecen la escasez de agua potable, alimentos, medicamentos y otros suministros básicos. Niños y niñas iguales que los de nuestro municipio pero que se encuentran sometidos a unas condiciones infrahumanas que muy probablemente les dejen, como mínimo, secuelas psicológicas de por vida.
El artículo 34.8 de la Convención sobre los Derechos del Niño, la que celebramos este mes de noviembre, establece que, conforme al derecho internacional humanitario “se adoptarán todas las medidas posibles para asegurar la protección y el cuidado de los niños afectados por un conflicto armado”. Como dije anteriormente, de nada sirve firmar tratados internacionales si no se trabaja para impulsarlos y hacerlos efectivos.