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«Queremos luz»

Rivas Puede quiere mostrar su solidaridad con los vecinos y vecinas de la Cañada Real Galiana que llevan varios meses privados del suministro eléctrico. 

La Cañada Real es un asentamiento construido sin ningún orden. Miles de seres humanos fueron a engrosar en los últimos años una ciudad invisible en la que no han faltado los abusos. Quienes han adquirido terrenos para construir en la Cañada Real han sido, en muchas ocasiones, víctimas de tipos sin escrúpulos que se han querido lucrar con la necesidad ajena.

Los problemas de inseguridad en la Cañada comienzan sobre el 2005 que es cuando se desmantelan los últimos poblados chabolistas en Madrid. En 2010, con Las Barranquillas en declive, La Cañada Real comenzó a hacerse fuerte como centro de narcotráfico.

A pesar de que la mayor parte de La Cañada no reunía las condiciones mínimas de habitabilidad, las sucesivas administraciones siempre han mirado para otro lado, porque convenía concentrar en el depauperado y poco afín políticamente sureste madrileño las incineradoras, vertederos, y a la gente que no tenía otro sitio donde poder ir.

La Ley de la Cañada del 2011 desafectó estos terrenos quitándoles la calificación de vía pecuaria y los puso bajo propiedad de la Comunidad de Madrid, si bien es cierto que con un nivel muy bajo de concreción que no solucionó la inseguridad jurídica de las personas que allí residen.

El Pacto Regional por la Cañada Real firmado en 2017 por todos los partidos con representación parlamentaria en la Asamblea de Madrid incluye realojos progresivos para las familias con necesidad de vivienda y contempla ayudas para las salidas sociales, educativas y laborales. No obstante, solo se ha llevado a cabo en una mínima parte. El Gobierno regional ha proporcionado otra vivienda a 36 familias y el municipal, a 72, de un total de 824 que viven en el sector 6.

Sin embargo, el Comisionado de la Comunidad de Madrid, organismo establecido para velar por el cumplimiento del Pacto Regional, y responsable del mantenimiento de los suministros básicos durante esta etapa, se desentiende del problema a pesar de que el Plan de Choque incide en la prioridad de «garantizar a los ciudadanos de la Cañada Real un adecuado suministro de energía eléctrica», remitiendo a las Asociaciones de Vecinos de la Cañada a la compañía Naturgy, que continúa con los cortes de luz.

Los vecinos de la Cañada pertenecen al sector de consumidores vulnerables y en exclusión social. El personal sanitario del «Equipo de Intervención con Población Excluida»-anexo al CS Ensanche de Vallecas-, que atiende a los habitantes del sector VI de la Cañada Real Galiana alerta de la grave situación: «Somos diariamente testigos de que la ausencia de energía eléctrica da lugar a graves problemas de salud individual y colectiva, especialmente para las personas más vulnerables -personas ancianas, recién nacidas o con enfermedades crónicas- durante estos meses, y de forma aún más acusada en el contexto epidemiológico actual de la pandemia por COVID-19.»

Las ONG denuncian de cara a la opinión pública y escriben al Defensor del Pueblo «No es posible hacer distinciones de trato basadas en la informalidad del asentamiento y la irregularidad en el acceso […]. El inicio del frío invernal en la primera semana de diciembre ha multiplicado las alertas de las organizaciones y de las familias que recurren a generadores de gasoil para poder encender las luces. Las enfermedades han empeorado y la baja temperatura ha generado nuevas infecciones respiratorias. En algunos casos impide el uso de oxigenoterapia crónica domiciliaria, como es el caso de una niña de tres años que vive en el sector 6…»

Mientras las ONG alertan a las instituciones y miles de personas pasan las noches sin luz, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se ha referido al problema en la Asamblea de Madrid en estos términos: «Para tener los Porsches ahí aparcados, bien; para pagar las facturas que es lo que está provocando esos cortes, no», tras vincular los cortes con la sobrecarga por el cultivo de marihuana que llevan a cabo las mafias. «Una cosa es criminalizar la pobreza y otra democratizar la delincuencia. Si para ustedes Otegi es un hombre de paz, estos delincuentes serán ingenieros agrónomos que estarán haciendo algún tipo de estudio ahí en la Cañada Real», ha ironizado Ayuso dirigiéndose a la portavoz de Unidas Podemos en la Asamblea, Isa Serra. Estas miserables palabras de Ayuso deberían ser consideradas un delito de odio: odio a la gente humilde que vive en la Cañada porque no le dejan otra alternativa.

Cuando comenzaron las concentraciones de las personas afectadas a las puertas de los colegios del municipio, el alcalde de Rivas, Pedro del Cura, como si fuera posible estar en misa y repicando, también se expresó haciendo referencia a las plantaciones de marihuana, «Mientras la Comunidad de Madrid siga sin atender el derecho a una vivienda digna en la Cañada Real, seguirá aumentando la especulación urbanística y las plantaciones de marihuana que tantos cortes de luz están provocando. No puede demorarse más.».

Triste que a la vez que el Ayuntamiento de Rivas dedica los niños y niñas todo el mes de noviembre con la organización de varias actividades, la infancia de uno de sus barrios sea privada del servicio básico de la electricidad desde hace semanas y que no se haga nada para resolverlo. Muchos de ellos, residentes de los Sectores 4 y 5 de la Cañada Real Galiana, forman parte del alumnado de los centros educativos de Rivas Mario Benedetti, El Olivar, El Parque, IES las Lagunas, IES El Duque de Rivas e Hipatia.

Rivas Puede se solidariza con las 4000 personas sin luz, 2200 niños y niñas entre ellos, ya que estos cortes van contra los derechos humanos, contra la convención de derechos del niño y la niña y contra el Pacto de la Cañada. Las instituciones responsables (Comunidad de Madrid, Ayuntamiento de Madrid y Ayuntamiento de Rivas, todas ellas firmantes del Pacto Regional de la Cañada) deben actuar ya y obligar a Naturgy a devolver el servicio de luz a las zonas afectadas.

Nos juntamos con todas ellas para gritar: ¡QUEREMOS LUZ!

Rivas Puede

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