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¿Qué son los partidos políticos?

Abrazo Del Oso (1)

¿Qué son los partidos políticos? ¿Cuándo surgen? ¿En qué momento se hacen imprescindibles en la vida de las naciones? ¿Qué les diferencia? ¿En qué se parecen? Todas estas y muchas otras preguntas habría que hacerse para comprender mejor, como siempre, la herencia que nos ha dejado el pasado. ¿Puede hacerse política sin partidos políticos? ¿Dónde nacen? ¿Con qué finalidad?


No se puede entender el ejercicio del poder y mucho menos las democracias sin la participación en la vida pública de los representantes de los ciudadanos. El fundamento de la democracia es la delegación que hace el pueblo soberano en sus representantes políticos, que son los encargados de establecer y discutir en los Parlamentos las medidas que se han de tomar de acuerdo con los intereses de sus votantes, que no son siempre los intereses de la mayoría. ¿Es posible una democracia sin partidos políticos? ¿Cómo se podrían organizar los parlamentos de todo el mundo si estos no existiesen? ¿Ha sido en algún momento nuestra democracia tan plural como lo es ahora o por el contrario la partitocracia tendente a modelos próximos a los del siglo XIX siguen hoy dejando su huella en nuestros parlamentos.

No podemos responder a todo en dos páginas, pero podemos empezar al menos por plantear una definición, ya de por sí compleja, de lo que es un partido político, o al menos, una definición de lo que entendemos hoy por “partido político”. Nuestro diccionario sabelotodo define “partido”, en su quinta acepción, del siguiente modo: “Conjunto o agregado de personas que siguen y defienden una misma opinión o causa”. Como vemos, la definición resulta bastante pobre, ya que un grupo de personas que defiende una misma causa podría ser una “asociación” o un “sindicato” y, sin embargo, nadie pensaría que una asociación de, por ejemplo, damnificados por un terremoto, sea un partido político, aunque sus miembros defiendan una causa común. La definición más precisa la construimos gracias a los politólogos e historiadores que se han encargado de definir con más precisión qué son los partidos políticos, no sin importantes polémicas, y teniendo en cuenta que el concepto ha variado a lo largo del tiempo.
Stefano Bertolini es uno de los primeros en intentar definir el partido político y lo hace afirmando que un partido es “un grupo de individuos que participan en elecciones competitivas con el fin de hacer acceder a sus candidatos a los cargos públicos representativos” de un Estado. No es de extrañar que una primera definición de partido político la hallemos en este ilustrado italiano del siglo XVIII, que además de ser jurista fue consejero de Estado de la Toscana. Es el siglo XVIII, el siglo en que nace el parlamentarismo, y por tanto parece que los partidos políticos se hacen imprescindibles en los recientes estados liberales.
Así que liberalismo, parlamentarismo y democracia parecen motivos más que suficientes para que surjan los partidos políticos. El tránsito desde el absolutismo monárquico, que es gradual en todo Occidente, hacia el estado liberal burgués requiere de parlamentos y de representantes ciudadanos que contribuyan con el ejercicio del poder.

Por su parte, el catedrático de Ciencias Políticas, y uno de los más destacados estudiosos de la historia de los partidos políticos, Ramón Cotarelo aportó una definición mucho más precisa. Según Cotarelo, un partido político es “toda asociación voluntaria perdurable en el tiempo dotada de un programa de gobierno de la sociedad en su conjunto, que canaliza determinados intereses, y que aspira a ejercer el poder político o a participar en él mediante su presentación reiterada en los procesos electorales”. Así que parece que aspirar a ejercer el poder político o a participar directamente en él o a influir en éste es uno de los objetivos de los partidos políticos. Con esta definición se excluirían grupos terroristas, por ejemplo, que no pretenden ejercer el poder sino subvertir el orden establecido, sin que medie una victoria electoral; grupos guerrilleros, o sindicatos y lobbys o grupos de presión de todo tipo, que no aspiran a ejercer el poder ni tampoco poseen un programa de gobierno.

El catedrático de la Universidad de la Laguna Juan Hernández Bravo de Laguna establece algunas críticas a los siguientes criterios que tradicionalmente ha pretendido definir la naturaleza de los partidos políticos. Primer criterio: los partidos políticos tienen como principal intención ejercer el poder político. Hernández Bravo parece objetar a esta afirmación con el argumento de la existencia de partidos antisistema. Segundo criterio: los partidos políticos son grupos de personas con las mismas ideas. Hernández Bravo parece también cuestionar esta afirmación con la evidencia de que dentro de los partidos históricamente han existido familias, incluso tendencias tan dispares que se han creado fracturas y fracciones dentro de los propios partidos políticos. Tercer criterio: los partidos políticos intentarán participar en los procesos electorales. En democracias plenas suele ser así, no en otros tipos de sistemas electorales en los que, bien por deficiencias democráticas, no están legalizados o no se permite su concurso a las elecciones, o bien porque los propios sistemas políticos de algunos Estados ponen restricciones y se inclinan por la tendencia al bipartidismo o turnismo pacífico. Cuarto y último: los partidos utilizan medios legítimos para acceder al poder. Para Hernández Bravo, existen partidos que se apoyan en determinados brazos armados y que pretenden ejercer presión sobre gobiernos o determinados dirigentes.

Estas y otras razones siguen creando polémica en entornos académicos porque la definición de partido político tiene numerosos matices, muchas aristas y porque también el concepto de partido político ha variado a lo largo de la historia. Una historia que, a partir de ahora, e inmersos en un nuevo ciclo electoral, veremos hacia dónde nos lleva.

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