OPINIÓN

Que la nieve no nos impida ver el bosque

Aída Castillejo, portavoz del Grupo Municipal IU Rivas-Equo-Más Madrid

El paso de la borrasca Filomena, en los primeros días del año que acaba de comenzar, dificultó la movilidad en nuestra ciudad por el espesor de nieve de más de medio metro. Las bajas temperaturas posteriores no pusieron nada fácil el desarrollo de las tareas para despejar los más de 200 kilómetros de calles que tiene Rivas. Una situación excepcional que se repitió en toda la Comunidad de Madrid.

Desde el Ayuntamiento no solo pusimos todos los recursos disponibles, sino que buscamos más para lograr recuperar la normalidad cuanto antes. Pero sin duda, quiero agradecer de nuevo el inmenso trabajo del personal de Mantenimiento, Deportes y Rivamadrid que lo han hecho sin pausa, así como a Policía Local, Protección Civil y al ejército de Tierra que también estuvieron en primera línea. Y sobre todo a nuestra ciudadanía que, de manera individual o a través de sus empresas, respondieron, como siempre, con solidaridad para echar una mano en la limpieza tras la nevada. Sin este compromiso colectivo con nuestra ciudad, no hubiese sido posible. Una vez más, gracias.

Y mientras un manto blanco cubría los municipios de la región, a apenas 14 kilómetros de la Puerta del Sol, la población de la Cañada Real enfrentaba el temporal de nieve y frío sin suministro eléctrico. Una situación que llevan sufriendo desde hace tres meses. Ante esta emergencia humanitaria, la presidenta Isabel Díaz Ayuso vuelve a mirar para otro lado, haciendo declaraciones bastante sonrojantes. Desde el Ayuntamiento de Rivas, con nuestro alcalde Pedro del Cura a la cabeza, hemos hecho todo lo que está en nuestra mano para restablecer la luz en la zona y asegurar unas condiciones mínimas. Pero no es suficiente. Llevamos tiempo reclamando que urge cumplir el Pacto Regional de la Cañada para garantizar el acceso a una vivienda digna como recoge este acuerdo suscrito entre todas las administraciones implicadas. Hace tres años ya pusimos sobre la mesa una propuesta de realojos que la Comunidad de Madrid aún sigue sin ejecutar con la premura necesaria. Es una cuestión de derechos humanos. Ya no valen más excusas.

No menos heladora es la situación cada vez más precaria en la sanidad pública de nuestra región. El Gobierno autonómico anunciaba en la inauguración del hospital Zendal que con este centro se reforzaba la sanidad madrileña. Lo que olvidaron señalar era si se reforzaba la pública o la privada. Parece más bien que se han decantado por la segunda opción. Esta obra de más de 100 millones de euros, lejos de aliviar de pacientes Covid al resto de hospitales madrileños de la red pública, los está vaciando de personal sanitario con los traslados forzosos al centro de pandemias de Valdebebas. Todo un despropósito en plena tercera ola de contagios que no acaba ahí. Recientemente, hemos conocido que la Comunidad de Madrid pagará a la sanidad privada para tratar pacientes con coronavirus entre 700 y 2000 euros al día. Mientras la señora Ayuso aprovecha esta crisis sanitaria para favorecer que unos pocos hagan de la sanidad su negocio, sigue sin invertir en recursos públicos para fortalecer la Atención Primaria de salud. Desde Rivas y desde mi Grupo Municipal, seguiremos defendiendo, junto a los movimientos sociales, una sanidad pública frente a la política de recortes y privatizaciones de las últimas décadas en nuestra región. Porque salvar lo público es también salvar vidas.

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