“Se abre el telón…” Así comenzaban muchos chistes de nuestra infancia. Tras esta reconocida frase venía una sucesión de situaciones jocosas que trataban de producir en el interlocutor la risa, la clave era introducir lo inesperado, la sorpresa, dejar al que escucha descolocado. Sin embargo, en Rivas tenemos un serio problema, cuando se abre el telón en las fiestas todos sabemos quién va a salir. Es así porque en los últimos años se repiten los artistas y siempre, todos, con un denominador común: un fuerte componente ideológico.
En Rivas nunca veremos a Norma Duval, a Taburete o a Malú que, les confieso, tampoco son especialmente de mi agrado, nunca he ido a una de sus actuaciones (y creo que nunca iré). Pero sí entiendo que tienen un público -también en Rivas- y que está desentendido en nuestro municipio, no existe porque lo han cercenado desde hace años. Si algún vecino quiere disfrutar de algún artista que esté situado a la derecha de Ana Belén y Víctor Manuel deberá emigrar a otros municipios con mayor diversidad cultural. Sin embargo, todos estos ripenses sin una oferta acorde a sus gustos musicales también tributan anualmente en nuestro municipio. Parece que a Pedro del Cura les gusta su dinero pero no está dispuesto a atenderlos.
El equipo de Gobierno de Rivas solo trae al municipio cantantes de su orientación ideológica, en muchos casos, pertenecientes a circuitos exclusivos donde su gran parada es Rivas. Es decir, se elimina a un público general para entretener únicamente a los que comparten la orientación política de Pedro del Cura. Rivas se convierte de este modo en una suerte de santuario donde peregrinan todos los adeptos a esta música e ideología.
Y miren, desde Ciudadanos nos parece mal, pero entendemos que mientras los contratos estén bien hechos poco más podemos hacer que recordárselo cada tres meses, a ver si logramos que abran un poco el abanico y que entiendan que existen más gustos e ideologías que los suyos.
Lo que es curioso es que el equipo de Gobierno ya busque la confrontación incluso con los propios artistas. Dvicio, sin ir más lejos, es un grupo de repercusión internacional, uno de los más importantes del panorama musical español y que, además, son de Rivas. Sin embargo, jamás han tocado en nuestro municipio. Y no son los únicos, hay otros cantantes que viven en Rivas pero que Del Cura decide no llamar. ¿Quién lo entiende?, ¿no deberíamos sentirnos orgullosos del talento criado entre nuestras calles?
Tenemos muchos más vecinos ilustres, cargados de talento, pero para el equipo de Gobierno no existen. No queremos contar que artistas que han llegado a representarnos como nación ante toda Europa y que viven en nuestro municipio jamás han cantado para nuestros vecinos… Blas Cantó para Europa sí, pero, sorprendentemente, para Rivas no. Y la única razón es que son artistas que se mantienen al margen de la ideología. Muchos de ellos cuentan la situación, pero deciden no dar el salto y denunciar el veto porque no necesitan la polarización para vivir, no necesitan contar a quién votan porque para ellos su arte se sirve de forma independiente a su orientación política.
Hemos visto la excepción con Dvicio. Este grupo denunciaba la situación, lo hacían en redes y en televisión. El Ayuntamiento se apresuró a desmentirlos jugando al despiste, al caos, pero entonces ellos detallaron la única llamada que han recibido en todos estos años: un solo contacto desde el Ayuntamiento con una oferta que no cubría los costes mínimos de los músicos; detalle muy importante porque un equipo de Gobierno además de hacer “cosas muy chulas” tiene que estar seguro de que los cantantes, como todos los servicios que se ofrecen desde el consistorio, deben cumplir unos mínimos.
Ahora es el momento de pararse a pensar, reflexionar y, sobre todo, cambiar; somos un municipio muy grande y de intereses distintos, nuestras fiestas no se pueden convertir en una prolongación de la ideología del que gobierna.
Por eso, Ciudadanos es ahora más importante y más indispensable que nunca. Por eso, la apuesta naranja es tu opción.