Vecinas y vecinos de Rivas Vaciamadrid, una vida, aunque frágil y efímera, es tan singular que parece sorprendente que sea producto de un coito. El contraste entre la azarosa trivialidad de dos cuerpos desnudos y lo que la vida a que puede dar lugar esa unión significará, para quien la posea, puede convertirse en una obsesión.
El ser humano es un metal templado por el fuego de dentro y el temporal de fuera. Lo primero es la ley que hay en el, luego el fuego que derrite esa ley y al final los golpes que la modelan y la temperatura que le da filo.
Que accidental es nuestra existencia y que sometida a la influencia de las circunstancias. La muerte es irrevocable y por muy cerca que nos toque, mientras no nos toque a nosotros, la vida se impone.
Asi estamos de filósofos a día de hoy, para decir que la ciudadanía mas o menos conservadora, a menudo es mucho mas dialogante que sus dirigentes. Que el problema es el relato, la comunicación. Es tan difícil entender que deslegitimar al gobierno de izquierdas es menospreciar y anular a los que votan esas opciones, a los que nos cruzamos y saludamos todos los días en las calles de Rivas Vaciamadrid. Detrás de cada insulto, mentira o bulo hay millones de votantes que también existen y sufren y son españoles como el que mas.
Ahora mismo, el único presidente “legitimo” posible, hasta 200 votos en el Congreso, es el que tenemos. Es el punto fuerte de su mandato. No hay mas cera que la que arde.
Lo importante es el abrazo final. Ese es el lema de los premios a la deportividad de Radio Cigüeña y hay que llevarlo a la calle que ya es hora. Aunque, hay mucho que hacer, pues viendo las finales futboleras de Champion y Europa Ligue los equipos de Manchester perdedores se quitaron las medallas “segundonas” y despreciaron con ello el trabajo y la lucha de todos los perdedores. Excepto un entrenador, Guardiola (¡vaya, catalán!) que valoró el justiprecio con honra.
Es menester convivir. Usar el tiempo de vida para no estar apesadumbrado esperando diluirte en la nada por venir no es una meta.
No hay nada escrito, el destino se lo forja uno…, pero…, sólo cuando el destino está en tus manos:
Mi bandera es la cerveza,
mi patria unos buenos pinchos,
mi horizonte la certeza
que entretenerse con verde
y no pensar con cabeza
es el sino de esta tierra.
¡Toros, vino, curas, pobres
y que viva la realeza!.
Claro, que a partir de ahora,
el culpable no será… ese tal Pablo Iglesias.
Salud y comunicación desde El Pregonero programa informativo de Radio Cigüeña.
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