Aedes japonicus se ha convertido en la tercera especie de mosquito invasor con capacidad vectorial registrada en Europa, después de Aedes albopictus y Aedes aegypti, y en la segunda de ellas que ha conseguido establecerse en España. Aunque no se considera un riesgo sanitario de gran relevancia, esta especie puede transmitir enfermedades víricas, especialmente el virus del Nilo Occidental, que circula en algunas zonas de Europa.
La actividad humana y el transporte de mercancías ha facilitado la expansión geográfica de Aedes japonicus, desde su origen en Asia hacia Europa, de forma similar a otras dos especies del género Aedes: Aedes albopictus y Aedes aegypti, el mosquito de la fiebre amarilla. Mientras que el mosquito tigre está establecido en gran parte de la península, particularmente en el litoral mediterráneo, el mosquito de la fiebre amarilla Aedes aegypti, una especie asentada en las zonas costeras del mediterráneo a principios del siglo pasado y que podría vivir perfectamente en nuestro clima, se mantiene ausente gracias a una fuerte vigilancia.
Lo que si parece evidente, según los expertos entomólogos, es que su expansión por la península es inevitable. En los últimos mapas (mayo 2020) elaborados por el Centro Europeo para el Control de Enfermedades (ECDC) Aedes japonicus se considera establecido en Asturias e introducido en Cantabria. Aunque los entomólogos del proyecto también contemplan que ya haya entrado en Galicia, asi como su probable expansión en los próximos años hacia Castilla y León, País Vasco y Navarra.
Cualquier especie nueva de mosquito entraña cierto riesgo y un aumento de las molestias, aunque debido a las características de Aedes japonicus se considera que su actividad vectorial A diferencia de este último, que tiene preferencia por entornos urbanizados y ambientes cálidos, Aedes japonicus prefiere las zonas boscosas y está cómodo en climas más frescos. Su resistencia al frio le ha permitido establecerse en gran parte del centro de Europa y encontrar en la cornisa cantábrica unas condiciones idóneas para expandirse.como transmisor de enfermedades víricas es de menor relevancia que la del mosquito tigre.
Las tres especies se parecen en su aspecto, pero A.japonicus es algo más grande y tiene un color marrón más claro. La característica que mejor permite distinguirlo de las otras otras dos son las líneas doradas que recorren su tórax. A diferencia del mosquito tigre, que es poco hábil para volar y se desplaza muy poco, A.japonicus puede volar largas distancias. Sus patrones de expansión también difieren; el mosquito tigre se disemina principalmente de forma abrupta y siguiendo las principales rutas de nuestras carreteras, ya que se traslada dentro de los vehículos. Mientras que A.japonicus se expande de forma continua a distancias más cortas.
El riesgo de transmisión autóctona de enfermedades asociadas a este vector se considera por el momento muy bajo en España
Juan Carlos Ramos
Profesor de Energías Renovables y Medio Ambiente