Sócrates encontraba en la virtud y la verdad los mejores valores para dar forma a la vida colectiva y en comunidad, organizada en torno a la política. Son valores aún vigentes en una gran mayoría de las personas que deciden hacer de la política la mejor herramienta para cambiar las cosas en beneficio de todos y todas. Sin embargo, hay una minoría ruidosa que enturbia la buena política a base de mentiras y de falsas acusaciones, con las que trata de desgastar el buen nombre de sus adversarios por pura ambición de poder.
En el último mes, he tenido que sufrir una campaña de difamación política y mediática con mentiras y verdades a medias, con insinuaciones y con acusaciones sobre mi persona, a apenas tres meses de las elecciones municipales, que en nada tiene que ver con mi tarea política en el Gobierno de Rivas Vaciamadrid.
Tanto yo, que aspiro a ser la próxima alcaldesa de Rivas, como el equipo de mujeres y hombres que me acompañan en esa noble tarea bajo las siglas del PSOE, acudimos a la cita electoral de mayo con los deberes hechos. Lo hacemos después de haber dado un paso al frente en junio de 2020, entrando a formar parte de un gobierno de coalición que necesitaba reforzarse tras la crisis sanitaria de la pandemia. En estos tres años, hemos trabajado en proyectos que eran una prioridad para Rivas y que hoy están viendo la luz: ahí están las obras de enlace con la M-50 o las inversiones realizadas en movilidad sostenible, que hemos sabido gestionar ante el Gobierno de España, que ha mostrado siempre su compromiso con esta ciudad. Junto a ello, hemos puesto en marcha un buen puñado de acciones encaminadas a la mejora del empleo en Rivas, hemos escuchado y atendido las peticiones de nuestros mayores, hemos mejorado las instalaciones deportivas o hemos afrontado, de la mano del resto de partidos que componen el Gobierno municipal de Rivas, el futuro de ciudad que queremos construir entre todos y todas. Desde el PSOE, seguimos trabajando con la ciudadanía en ese futuro, con un proyecto a largo plazo que asiente las bases de Rivas para las próximas décadas.
Frente a eso, hay quienes lejos de afrontar un proceso electoral desde la defensa de su proyecto político de ciudad, igual por falta del mismo, hacen de la insidia y de la mentira su única arma política. Cuando otras fuerzas políticas, cuando la derecha, me ataca a mí o cuando atacan a cualquier otro compañero o compañera del Gobierno del que formo parte, están atacando el modelo de ciudad que, desde la izquierda, hemos sido capaces de construir desde hace más de 30 años, con nuestros aciertos y con nuestros errores.
Afortunadamente, la ciudadanía lo tiene claro y sabe que no todo vale en política.