En ocasiones, desgraciadamente en demasiadas ocasiones, nos dejamos llevar por la pasión y los sentimientos y olvidamos lo que es realmente importante. Pensamos que las cosas deberían hacerse de otra forma o hacemos juicios de valor con excesiva rapidez. Comparamos cosas que nada tienen que ver unas con otras porque nos sentimos decepcionados, desilusionados o engañados, pudiendo llegar a perder la perspectiva.
A veces toca pararse un poco y recordar qué nos trajo aquí y qué es lo importante. No hablo de dejar de ser un idealista y volverse un absoluto pragmático, pero sí de tratar los temas con la mayor objetividad posible entendiendo que sigue habiendo prioridades y que podemos, de verdad, mejorar las cosas. Que hay gente que necesita que trabajemos por mejorar sus vidas, que pasan frío en invierno, que no comen caliente (y muchas veces ni frío), ni pueden mantener a sus familias, ni comprar el material escolar, ni llevar zapatos que no se calen en invierno, ni… Y eso es lo que nos tiene que importar. Es por eso por lo que estamos aquí. Para que el 1% de la población que acumula la riqueza no decida sobre el 99% restante. Para que las personas que vivimos en “el mundo normal” seamos las que decidamos sobre nuestras vidas y nuestro futuro.
Compartimos valores, compartimos un fin, al menos gran parte de éste. Podemos trabajar juntos y juntas, podemos entendernos si dejamos de un lado aquellas cosas que no son realmente importantes. Que no son tan importantes como los motivos que nos trajeron aquí. Así que paremos, retomemos la perspectiva y sigamos adelante. Sigamos juntos y juntas quienes tememos un avance de la ultraderecha, quienes no queramos que aumente la xenofobia, el racismo, la homofobia, la aporofobia… Sigamos juntos y juntas quienes temamos el discurso de VOX, quienes no queramos que nos gobierne el PP o Ciudadanos. Sigamos juntos y juntas quienes creamos que los presupuestos deben ser sociales y que se debe gobernar para y por la gente y no para ni por los bancos ni las multinacionales. Vienen momentos difíciles, mucho. Seamos realistas, seamos idealistas pero también pragmáticos, pero ante todo no nos olvidemos de la gente que nos necesita. No nos olvidemos que nos necesitan unidos y unidas para cambiar las cosas.
José María Álvarez León