OPINIÓN

Rivas, una ciudad amiga de los animales

Maldito parné

Se acerca el 25 de noviembre, Día Internacional por la erradicación de las violencias machistas, y este año, gracias al trabajo de la concejalía de feminismos y diversidad y al Consejo de Mujeres de Rivas, el Ayuntamiento de Rivas ha querido dedicarlo a visibilizar la violencia económica y patrimonial como forma de violencia contra las mujeres.
¿Por qué lo hacemos? Fundamentalmente porque como hemos aprendido de las feministas a lo largo de la historia, para cambiar una realidad lo primero que tenemos que hacer es nombrarla, para reconocerla y aprender a verla, especialmente cuando se trata de violencia machista. Recordemos que 1 de cada 2 mujeres en nuestro país, según la Macroencuesta de violencia contra las mujeres, ha sufrido algún tipo de violencia a lo largo de su vida, y que esta violencia, que es estructural y continua, también es una violencia silenciada, y lo es, particularmente, cuando hablamos de violencia económica.
La violencia económica se define como la privación intencionada, y no justificada legalmente, de recursos para el bienestar físico o psicológico de las mujeres y de sus hijos e hijas o la discriminación en la disposición de los recursos compartidos en el ámbito de la pareja. En nuestro país, según datos oficiales, el 11,5% de las mujeres han sufrido alguna vez esta violencia económica. Entre las situaciones más frecuentes, que la pareja te impida tomar decisiones relacionadas con la economía familiar o realizar compras de forma independiente, o que te niegue dinero o la posibilidad de trabajar fuera de casa. También que use tu dinero sin tu consentimiento.
Esta violencia, además, no cesa cuando termina la relación sentimental, sino que en la mayoría de los casos se intensifica, especialmente si hay hijos o hijas en común. El Observatorio de la Violencia económica (Proyecto ECOVIO) señala en un estudio realizado que el 41% de las exparejas se retrasan o impaga la pensión acordada, incluyendo los intentos de generar dependencia económica (pagar otra cantidad menor, realizar el pago a mitad de mes, etc,) y que esta situación se agrava especialmente cuando se trata de víctimas de violencia machista, donde los impagos ocupan el 70% de los casos.
En la lucha contra las violencias machistas el papel de las instituciones es crucial, también el de los Ayuntamientos: somos la administración más cercana a las mujeres, y en muchos casos, la primera puerta a la que la víctima acude cuando lo necesita. Por todo ello, con la campaña ‘Maldito parné’ hemos querido construir una mirada que reconozca la violencia económica, así como socializar las herramientas jurídicas y sociales de las que disponemos para combatirla.

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