Fenómenos meteorológicos extremos, aumento de las temperaturas, de los incendios… El cambio climático cada vez es más palpable. Las ciudades son, debido a su composición urbanística, aquellas en las que más se notan los efectos, especialmente en verano, poniendo en riesgo nuestra salud, nuestra forma de vida y generando nuevos retos que debemos afrontar.
El cambio climático es un reto a nivel global, que requiere implicación y compromiso común para reducir sus efectos. Desde la política municipal tenemos mucho que aportar a la hora de paliar los desafíos que supone. Por un lado, tomando medidas que ayuden a frenarlo: apostando por la innovación y la reducción de contaminantes. por un mayor aprovechamiento de las energías limpias, promoviendo el reciclaje, la reutilización y la reducción, promoviendo el uso de medios de transporte más sostenibles… Por otro, paliando los efectos que ya tiene sobre la población, luchando contra las altas temperaturas desde la transformación del espacio urbano: aumentando las zonas verdes, implementando más zonas de sombra en los espacios públicos y garantizando áreas donde mayores e infancia – más vulnerables al calor – puedan refrescarse. Se trata también de garantizar la justicia climática, pues suele ser la ciudadanía con menores ingresos y la de colectivos más vulnerables la más indefensa frente al calor.
En Rivas llevamos más de tres décadas apostan[1]do por una ciudad cada vez más sostenible, verde y amable para nuestros vecinos y vecinas, y lo seguiremos haciendo. Nuestro proceso del “Párate a pensar” ya demostró que la ciudadanía quiere ciudades más vivibles y sostenibles. Seguiremos trabajando por más espacios y corredores verdes, como el proyectado con el soterramiento de las vías del metro o el Rivas Renatura; por una planificación urbana que prime la creación de jardines y parques, con una apuesta decidida por las energías limpias y hacia una comunidad energética global, o la promoción del uso de medios de transporte menos contaminantes.
