“Democracy dies in darkness” (“La democracia muere en la oscuridad”) reza el lema del Washington Post, uno de los medios de comunicación de mayor renombre en el periodismo. Desde los años 30, fue abriéndose paso en las titubeantes democracias liberales una prensa independiente que tenía como objetivo informar con veracidad, actuando como contrapeso de los opacos poderes fácticos y superando el partidismo de la prensa anterior. La verdad iluminaba los rincones oscuros de nuestras sociedades, donde los abusos y la corrupción quedaban impunes.
Al mismo tiempo, esta prensa se convirtió rápidamente en una industria, rehén de la satisfacción de sus anunciantes y del beneplácito del poder político. El relato que se contaban los periodistas a sí mismos era más heroico que la realidad, en la que los medios se fueron convirtiendo en cómplices necesarios de sus dueños privados (accionistas) o públicos (gobiernos con medios públicos bajo su control).
En Rivas-Vaciamadrid, un municipio que crece a partir de un denso tejido asociativo y una ciudadanía crítica, era de esperar que los medios de comunicación surgieran de una forma especial. Son ellos, los medios, quienes nos han venido contando “en exclusiva” la historia de Rivas. En este reportaje queremos, “en exclusiva”, contaros la historia de esos medios que nos han venido acompañando a lo largo de los años.
Primeros pasos: De SolAPA a Zarabanda
Si en la escuela nos enseñan a pensar, no es raro que nuestra historia empiece en una. La Asociación de Padres de Alumnos (APA) del Colegio Victoria Kent, antes de que se denominaran “asociación de familias del alumnado” (AFA, de forma inclusiva), decidió hacer un modesto boletín informativo para recoger las actividades que se daban en el colegio y su entorno. El entusiasmo desbordante de las familias de la asociación hizo que eso evolucionara a una revista: SolAPA, cuyo logotipo era una solapa de una chaqueta con un sol, como si fuera un pin.
“Sacamos varios boletines y luego dos o tres revistas, que salían cada dos o tres meses aunque la pretensión era salir mensualmente” relata Juanma del Castillo, joven padre y redactor en esa época. Esa irregularidad se debía a la pluralidad interna de la propia asociación de padres y madres, en la que había activistas con afiliación partidaria de todo tipo. Cualquier intento de informar de forma ecuánime chocaba con el bloqueo de un militante de Izquierda Unida (si la información deterioraba la imagen de IU), o del PSOE si afectaba a su partido…o del PP, y así sucesivamente.
Como resultado, era difícil llegar a artículos de consenso y lo que llegaba a la revista eran contenidos insulsos y sin contenido destinados a contentar a todo el mundo. En ese momento, una parte importante de la asociación y su entorno decide montar una asociación cultural propia que pueda superar el bloqueo en el que se encontraban: nace Periferia Cultural, con 40 o 50 promotores y el objetivo de realizar actividades de todo tipo (excursiones, recitales, exposiciones…), además de la revista.
Corrían los años 90 y el tejido asociativo era incipiente (las mujeres de La Mala Uva fueron de las primeras en constituirse). También los medios: ya existía la radio libre y comunitaria de Radio Cigüeña, levantada a pulso por los pioneros que llegaron al barrio Pablo Iglesias y que hoy se mantiene como referente de la información deportiva en Rivas, con su carácter alternativo intacto. No mucho más tarde, Covibar levantaría su propia revista, en un ejemplar ejercicio de comunicación que garantizaba la información y la rendición de cuentas constante con sus socios cooperativistas. Aún hoy, con un equipo profesional tanto en lo periodístico como en el diseño, la Revista Covibar es la referencia obligada del barrio y un escaparate destacado (con su tirada de 20.000 ejemplares, nada menos) para la agenda cultural que desarrolla la cooperativa y su entorno social.
Al principio, en Periferia Cultural se recaudaba el dinero voluntariamente de los socios para sacar la revista, que era de distribución gratuita. Pero cuando pasó la novedad, recuerda Juanma con sorna, “la gente empezaba a no cogerte el teléfono para no pagar” o se daban de baja de la asociación. El voluntarismo asociativo dio paso entonces a la iniciativa empresarial. Tras un primer intento que se llamó Estudio DOP (Diseño-Ocio-Publicidad), surge Publirama SL, con la que Zarabanda funcionó la friolera de casi quince años. Ya no había socios caritativos, sino comerciales que se pateaban esa ciudad que crecía aceleradamente, para encontrar empresas dispuestas a anunciarse para darse a conocer entre tanto nuevo vecino que llegaba a la zona.
TV Rivas: el “Aló Presidente” de andar por casa
Entramos en el nuevo siglo con una iniciativa de Antonio Rojas y de Juanma del Castillo (que la dirigió hasta el 2003) que supuso una revolución dentro del municipio: la emisión de TV Rivas Canal 44. Como contamos en la entrevista, este canal llegó a tener una audiencia y envergadura importantes.
Sin embargo, como recuerda Juanma, un día se convocó un consejo de administración de la televisión y apareció el empresario Domingo Muñoz. “¿Tú que estás haciendo aquí”, le espetó Juanma. Para su sorpresa, Domingo Muñoz le respondió que había comprado sorpresivamente las acciones de Antonio Rojas. No acabaría aquí el asunto, ya que dos rondas de ampliación de capital después, este empresario conseguía hacerse con la propiedad mayoritaria de la empresa, dejando a Juanma del Castillo en minoría.
Había intereses políticos, no estrictamente económicos, en esa operación. Sin embargo, lo que se impuso fue la necesidad económica: la televisión sacó un programa que se emitía dos veces a la semana llamado “El balcón del alcalde”, en el que el alcalde Fausto Fernández comentaba la actualidad municipal. A cambio, entró una cuantía muy importante para ese momento en concepto de publicidad institucional.
El resto de partidos no vieron bien esa visibilidad del Alcalde, por lo que el Pleno fue rebajándola progresivamente. “Lo bajaron a 900.000 pesetas, luego a 700.000 pesetas y al final la televisión no podía funcionar porque no alcanzaba la financiación”, recuerda Juanma. Al no poder mantener la programación, la televisión se fue a carta de ajuste con programas enlatados ya grabados, hasta que dejó de funcionar.
Llega Internet y aumenta la pluralidad informativa
La salida del ámbito audiovisual coincidió con la llegada de Internet, una oportunidad que fue leída rápidamente por Zarabanda, que se convirtió en una de las 20 páginas web más leídas en la Comunidad de Madrid, cuando casi nadie tenía (tampoco el Ayuntamiento). Luego, rápidamente, se fueron sumando más empresas, instituciones y se convirtió en una nueva esfera pública digital en la que todos participábamos.
El periodismo que existía en Rivas tenía un sesgo hacia la opinión, según varias de las personas consultadas. Y aún había hueco informativo para una de las pasiones de los ripenses: el deporte. Esto llevó a Antonio Flórez a dar el paso y lanzar Rivas Sport: “Intentamos cubrir esa carencia con un diseño de la revista que entendíamos más moderno en la edición impresa (que se publicó desde 2010 hasta diciembre de 2013)”, explica Flórez. La crisis de la publicidad les impactó, como a otros medios, pero su versión digital nacida en 2011 se mantuvo bajo la nueva denominación de “Rivas Actual”.
No fue hasta 2017 cuando este “universo” de medios acogió a Planeta Rivas…que enseguida se renombró como Diario de Rivas. Tras una presentación en sociedad a la que asistió un centenar de personas y un crecimiento vertiginoso, son uno de los medios digitales de referencia y el único medio local con un convenio de colaboración con la patronal de la comarca, ASEARCO.
Su éxito se sustentó en una apuesta por la publicación de pocas noticias al día, pero elaboradas con unos elevados estándares periodísticos y con la capacidad de generar reportajes e investigaciones propias, más allá de los sucesos y fuentes tradicionales. Al frente se encuentra Celia González, una periodista que contaba con la experiencia de su etapa en Madridiario, que trajo oficio al panorama local: “Prácticamente toda mi carrera profesional la he desarrollado en el periodismo local. Cuando me mudé a Rivas Vaciamadrid, en 2015, pensé que había cabida para un proyecto diferente de los que había, y que podía contribuir a la pluralidad en el panorama mediático local”, declara.
Una buena acción comercial concretada en publicidad institucional y numerosos contenidos patrocinados han consolidado este medio no solo de Rivas, también en Arganda bajo la cabecera de “Diario de Arganda”. Su situación contrasta con el cierre en 2018 de “El Este de Madrid”, la cabecera en papel que había tenido más larga trayectoria. La solidez mensual de Zarabanda no se vio acompañada con el éxito de intentos como “El Sureste Informativo” o “La Voz del Sureste”, esta última cabecera impulsada por Domingo Muñoz y Juanma del Castillo, que habían dejado de ser rivales para colaborar juntos.
¿Más periodismo? La crisis que no cesa.
Después de una pandemia, llegó la guerra de Ucrania…que contribuyó a una inflación tremenda del precio del papel. “Los medios locales tienen un mal endémico, que consiste en los escasos (escasísimos, más bien) medios económicos”, reconoce Antonio Flórez (Rivas Actual). Cuando llega un mal momento económico, una de las primeras acciones de las empresas es disminuir su inversión publicitaria. ¿Es esa una buena decisión?
“Es pan para hoy y hambre para mañana, cuando los clientes vuelven a asomar la cabeza solo ven a las empresas visibles, es decir, las que hicieron la apuesta de seguir publicitándose” advierte Víctor Reloba, director de Zarabanda. Una publicidad da a conocer la imagen de marca a través de múltiples canales. “Se han diversificado los soportes y formatos publicitarios, lo que hace que cada medio tenga que reinventarse también para encontrar financiación”, reflexiona Celia González (Diario de Rivas).
Esa diversificación es una de las claves de la nueva estrategia de Zarabanda: la publicidad en papel tiene su complemento en el medio digital, pero también tienen “monolitos” donde anunciarse físicamente y van a entrar en contenidos de podcast y audiovisuales. “Uno se informa en papel, otro en digital y otro en TikTok…pero aunque aumenten los canales, la necesidad es la misma: el derecho a la información”, sostiene Reloba.
Y es que las nuevas tecnologías que aspiraban a democratizar la información han acabado teniendo otros efectos (negativos). “Las redes sociales son frecuentemente una fuente de bulos que entorpecen la labor informativa” lamenta Flórez, que sí valora positivamente poder tener un canal más por el que difundir a Rivas Actual. Desde Diario de Rivas, sí que las han integrado en su día a día como “pistas” o “puntos de partida”, tras los que aún queda -afirma González- “la labor periodística: cotejar, ampliar, contrastar y verificar”. Tal vez por ser “millennial”, Reloba es más optimista: “Las redes sociales nos permiten conocer sucesos al minuto o recoger de primera mano debates de la sociedad…el reto consiste en no dejarse llevar por el ruido y la velocidad para convertir esa materia prima en periodismo”.
Cada vez más, la política (incluso local) se ve atravesada por “fake news” (noticias falsas) replicadas por internet. Para Reloba, eso revaloriza la “lectura pausada y profunda del papel” que defienden desde Zarabanda, mes a mes. En cambio, el papel “pertenece al pasado” (según el director de Rivas Actual), mientras que para su homóloga en Diario de Rivas es un formato que “convive” con lo digital, siempre y cuando renuncie a competir en “inmediatez”.
El ruido, esa oscuridad que empobrece la democracia, nos impide discernir la realidad de lo que pasa, incluso en nuestro municipio. ¿Cómo pueden los medios arrojar luz al asunto? Para González, hay que limitarse a reflejar la realidad de forma “neutral”, lo que “implica no participar de ninguna de las opciones en conflicto”. Una versión con la que discrepa Flórez, que diferencia entre una “neutralidad” que “nunca ha existido ni existirá en ningún medio” y una “objetividad” a la que se aspira. “Entendemos Zarabanda como una plataforma al servicio de la información veraz y el pluralismo político” sostiene Reloba, para quién la línea editorial propia o la apuesta por determinados temas “sociales” tiene que convivir con una férrea determinación por “dar voz a quien tenga algo que decir, aunque a mí no me guste, siempre que no mienta y no vaya en contra de los Derechos Humanos”.
Si un tuit de una cuenta anónima y una información elaborada con honestidad por un profesional del periodismo empiezan a valer lo mismo, la oscuridad nos envuelve y dejaremos de discernir la verdad en lo que nos rodea. Como en la portada de este mes, el flash de una vieja cámara se enciende…o tal vez el flash de un móvil, destellos de luz que rompen la oscuridad durante un segundo. La Verdad o la Democracia, en mayúscula, no caben en ningún reportaje. Pero el trabajo humilde de estos tres informadores (junto a quienes les rodean y a quienes les precedieron) caben en tu móvil, tu ordenador o, incluso -en el caso de Zarabanda-, en la rendija de tu buzón.
EXTRACTO: Rivas al día: información pública municipal
La polémica ha acompañado a la gestión que los distintos gobiernos estatales han hecho de Televisión Española (TVE), solo superada por el uso partidista que se suele achacar al Gobierno regional en relación a Telemadrid (como denuncia José Luis Alfaro de IU en un artículo de esta revista). En este contexto peliagudo, el Ayuntamiento de Rivas despliega una poderosa infraestructura (con más profesionales en nómina que el resto de medios juntos) con “Rivas al día”, el medio de información municipal.
Pese a que no ha estado exento de críticas (la última, la queja del Partido Popular local por la cobertura de “los 100 días de la Alcaldesa”), se trata de una revista de información de servicio público que cuida en extremo no entrar en este tipo de refriegas políticas.
Además, al igual que la televisión comercial consiguió que TVE se financiara íntegramente con fondos públicos, para no realizar lo que se consideró “competencia desleal”, también este medio de información público está vedado a los anunciantes privados (que disponen de opciones como Zarabanda o Covibar para anunciarse en papel).