La Comunidad de Madrid (CM) las está distribuyendo desde el pasado lunes en las farmacias.
Se trata de una escandalosa campaña para ocultar el fracaso de Isabel D. Ayuso y la crisis sobre el tema de la desescalada, donde todos sus sanitarios estaban en contra y de ahí la dimisión de la Directora General de Salud Pública, pero es que hay algo más: Esas mascarillas (las más caras, FFP2) fueron compradas por «Cofares» (la cooperativa de distribución farmacéutica más importante) y ahora, como no pueden tener los escandalosos márgenes de beneficio que esperaban por los precios tasados por el Estado (precios regulados por el Gobierno Central) y el mayor abastecimiento, se les quedaban ‘colgadas’. Pues bien, los de Cofares, en negociación con la presidenta Ayuso, y el consejero Lasquetty y acordaron que la campaña de propaganda (distribución gratuita para todos los ciudadanos, eso sí con tarjeta sanitaria) la encargaban ellos, para que la rentabilizara Ayuso y el negocio el negocio de la venta de las mascarillas a la CM para Cofares.
La Comunidad de Madrid paga a Cofares cerca de 50 M de euros (de dinero público). Negocio redondo con nuestro dinero.
Por tanto, ya las hemos pagado entre todas y todos los contribuyentes y ¡a qué precio!
Según ‘Carta de los Jefes de Servicio y responsables de los Servicios de Medicina Preventiva de los hospitales de Madrid’ dirigida a las autoridades sanitarias de la Comunidad de Madrid, sobre la distribución a la población general, de mascarillas de protección respiratoria FFP2, que han enviado a la Comunidad, no son adecuadas para la población general sino para el personal que esté en contacto con enfermos del virus. Es decir, para los que aún hoy no disponen de ellas y tienen que estar varios días con la misma.
Hay muchos ciudadanos que están recogiendo su mascarilla asignada en las farmacias, e inmediatamente la donan a ONG (o incluso en la misma farmacia si la recogen) para que sean entregadas en esos hospitales que siguen sin material de protección adecuado y suficiente.