Me dice mi amigo Manolo que el gato de su madre y el mío que ya no tengo —lo cuidan ahora Elena, Emma y Joaquín— son el mismo reencarnados… ¿??
Lo atropelló un coche y falleció hace dos años. Al de su madre. El mío habla con la Luna y me lee el pensamiento. Es negro como la pez y tiene los ojos como centellas. Como el fuego de la chimenea. Me trae consejos de mis antepasados y me cuenta cómo les va en el inframundo. Yo a cambio le doy comida y le pongo el agua en el platillo. Él, místico, yo tan práctico como siempre, una persona ordinaria. (No son tiempos para llevar ratones muertos en los bolsillos.) No hay que perturbar la paz ni el descanso de los difuntos. No es tiempo de continuar por la linde…
En realidad, para mí, sólo es tiempo de soñar, de dormir y soñar (que despertar hoy día de las ensoñaciones es una operación triste, muy triste.)
Y duele,
Hades Gaudó
Nota a pie de página: Como quiera que este espacio es reducido, tengo que restringir los ruegos habituales para que desde Europa se tomen medidas efectivas para ayudar a los refugiados sirios y a los demás refugiados, a los africanos, ya sean subsaharianos o magrebíes, en fin, a todos lo que sufren. En Europa, en España, cerramos fronteras; continuamos levantando barreras, unas de espino y otras de papel, algunas —mucho peor— de acero invisible, barricadas custodiadas por cíclopes y dragones… Malditas leyes e ideologías. (Cientos, miles de muros y vallas siguen elevándose hacia los cielos en todo el mundo…. Cientos de miles, millones de personas, continúan sin poder ejercer uno de los derechos elementales del ser humano. Lejos de resolverse, últimamente la situación se agrava cada día más.)
¿Quién ha dicho que tenemos derecho a levantar vallas y a cerrar fronteras? ¿a quienes queremos engañar?
No quiero terminar sin volver a recordar un asunto puntual importantísimo para ayudar en España como es el de solucionar de una vez por todas la insoportable la situación española en el asunto de los desahucios: cientos, miles de familias quedan en la calle porque la legislación española no soluciona la gran estafa que la Banca ha propiciado en las últimas décadas; auténtico pillaje que está dinamitando la cohesión social.
Y todo esto hay que hacerlo dejando aparte cualquier tipo de consideración ética y/o moral dejando de lado las ideologías, las creencias religiosas y las consideraciones económicas…, esto hay que hacerlo simplemente PORQUE ES LO CORRECTO.