La octava plaga de Egipto

La octava plaga de Egipto

Mezclar entomología con diálogo interreligioso o cualquier asunto referente a las religiones es, lo reconozco, asaz complicado. No obstante, vamos a intentarlo y ¡que Jesucristo, Moisés, Mahoma y Buda nos asistan!

El tema obvio sería hablar de las “mantis religiosas”,   sic! (en nuestro país, “Mantis religiosa”, “Iris oratoria”, “Ameles spallanziana” y “Empusa pennata” son muy abundantes), que aunque aparenten estar “rezando a todas horas” no tienen mucho de religiosas, la verdad, pero hemos decidido elegir la otra idea que me dio Adrián para preparar estos textos: “Las plagas en el tema bíblico”.

En efecto, de todos es sabido que, en la Biblia, cuando nos hablan de las diez plagas que Jehová mandó antes del éxodo judío de Egipto, eligió para la octava una calamidad muy entomológica (“Las naciones se congregan para el Armagedón”… Apocalipsis 16). De esa manera podemos referirnos en España a la langosta que se cree fue la causante de dicho azote en Egipto. Algunos indican que fue “Schistocerca gregaria” la especie causante de tal calamidad ¿o quizá fuera “Locusta migratoria”?, en todo caso todos coinciden en que fue un ortóptero de la familia Acridiidae. Bueno, para el caso es lo mismo, pues les comento que ambas viven actualmente en España, aunque no provocan daños económicos (no desarrollan la frase gregaria, que es la peligrosa). Los últimos eventos realmente serios al respecto registrados se produjeron en el siglo XIX (entre 1863 y 1865 se produjo una plaga de langosta que arrasó las cosechas de Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Madrid y Aragón, en la cual curiosamente Rivas-Vaciamadrid resultó ser uno de sus puntos de difusión y uno de los municipios más afectados) y los últimos de los que se tiene constancia tuvieron lugar en 1987 y 2006, por la llegada de langostas procedentes del norte de África, aunque su incidencia fue muy puntual. Pero esas especies realmente no abundan aquí, donde es mucho más frecuente “Anacridium aegyptium”.

No obstante, les cuento: por este camino elegido, fuera ya de la entomología pero continuando en estas páginas de naturaleza, podríamos haber disertado igualmente de batracios, ya que la “lluvia de ranas” fue otra de las plagas, la segunda en concreto.

Desde Zarabanda, amables lectoras y lectores, no queda más que desear que, tras este verano tan complicado en tantos aspectos, tengan un otoño excelente y vayamos recuperando la “normalidad”, un bien que sin duda, no está valorado como debería.

 

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