Si miramos al cielo y reconocemos sus objetos brillantes daremos con muchos nombres femeninos, referidos principalmente a las distintas mitologías que se han ido sucediendo a lo largo de los siglos y de las culturas. No se puede describir en un solo artículo la importancia de la legítima “ocupación” del Cielo por la mujer, pero bastan algunos ejemplos:
En las constelaciones:
- Andrómeda: bautizada con el nombre de la Nereida Andrómeda, princesa de Etiopía, hija de los Reyes Cefeo y Casiopea y esposa de Perseo. Es la doncella encadenada, acosada por el monstruo en el cuadro de Gustavo Doré.
- Cabellera de Berenice: mujer de Ptolomeo, faraón de esta dinastía de Egipto, que prometió que, si su marido volvía vencedor de una expedición, se cortaría su cabello y lo ofrecería a Venus.
- Casiopea: constelación que recibió el nombre de la reina de Etiopía, castigada por Poseidón que la situó en los cielos atada a una silla en una posición tal que, al rotar la bóveda celeste, quedaba cabeza abajo la mitad del tiempo.
- Virgo: la Diosa Hathor personifica esta constelación en el zodiaco egipcio. En la mitología griega, es la representación de Astrea, hija de Zeus y Temis, diosa de la Justicia.
Entre las estrellas:
- Las Pléyades: el cúmulo más visible a simple vista en el cielo nocturno, en Tauro. Sus nombres son: Astérope, Caleano, Electra, Maia, Mérope, Taigete y Alción.
- Las Híadas: también en Tauro, están personificadas por maestras, nodrizas. En Naxos de Creta, Las Híadas amamantaron a Baco. Sus nombres son: Ambrosía, Eudora, Fesyla, Coronis, Polixo, Feo, Tiscue, Dionea.
- Bellatrix es la tercera estrella más brillante de la constelación de Orión. El nombre de la estrella proviene del latín y significa «la guerrera».
- Vega: es la estrella alfa de la Lira, tiene un origen ibérico y su significado se relaciona con la “fertilidad”.
Planetas y Satélites: muchos son los nombres femeninos en el Sistema Solar y para no alargar demasiado la longitud del artículo mencionaré a:
- Venus: diosa romana del amor y la belleza, citada, por ejemplo, por el escritor Cicerón (De Natura Deorum o la Naturaleza de los Dioses).
- La Luna: nuestro satélite, era mencionado en el siglo XVII, como Proserpina y como nombre femenino por otras culturas, como en Egipto, donde la media luna fue un atributo de Isis como Reina del Cielo.
- De Júpiter, Europa, madre del rey Minos de Creta y amante de Zeus, Ío, doncella de Argos, sacerdotisa de la diosa Hera e hija de Ínaco, Amaltea la nodriza de Zeus. De Saturno, Tetis, Dione, Rea, hijas del «anciano dios de los mares», Nereo, y de la oceánide Doris. De Urano: Miranda la hija del mago Próspero de la obra de Shakespeare, “La Tempestad”.
Volvamos a poner los pies en la Tierra y veremos cómo en el mundo de la Astronomía y la Cosmología, la mujer ha ocupado un importante papel, teniendo en cuenta lo difícil que en las edades antiguas resultaba tener una cultura que estaba “encerrada” en monasterios y claustros si no vedada por costumbres y leyes absurdas. Mencionaré pues a algunas mujeres en estos ámbitos de la Ciencia sintiendo no poder ser exhaustivo.
- Hypatia de Alejandría, (355-415) como no nombrar a esta mujer, filósofa y astrónoma, considerada un modelo para muchas científicas. Hija de Teón, importante astrónomo de la escuela de Alejandría, creó una escuela neoplatónica a la que acudían estudiantes de todo el mundo, atraídos por la fama de su sabiduría.
- Hildegarda de Bingen, doctora de la Iglesia, compositora extraordinaria, escritora, filósofa, científica, naturalista y que, igualmente, gracias a ella se conocen numerosas tradiciones cosmológicas griegas y judeo-cristianas del siglo XII.
- Caroline Lucretia Herschel, (1750 – 1848) hermana del famoso William Herschel, al cual ayudaba haciendo los cálculos de sus observaciones. Descubrió ocho cometas y tres nebulosas y elaboró un catálogo de nebulosas y cúmulos. Tuvo que esperar hasta 1835 para ser reconocida como miembro de honor de la Royal Astronomy Society inglesa.
- María Mitchell (1818 – 1889), hija de un astrónomo. Descubrió un cometa que lleva su nombre y estudió las manchas solares, los asteroides y los movimientos de los planetas. Mitchell fue la primera astrónoma académica de los Estados Unidos y fundó la Asociación para el Avance de la Mujer. Un cráter en la Luna también se llama como ella.
- Jocelyn Bell (1943 – ) tuvo que sobreponerse a la tremenda injusticia de no se considerada para el Premio Nobel de Física por el descubrimiento de los púlsares. El premio fue concedido a su director de tesis. Ha sido presidenta de la Real Sociedad Astronómica de 2002 a 2004.
- Williamina Fleming (1857-1911), de criada a astrónoma. Emigró a Estados Unidos y para mantener a su hijo trabajó como criada del profesor Edward Pickering en el Observatorio de Harvard. Pronto pasó a desempeñar trabajos rutinarios de oficina y sencillos cálculos, pero no tardó en encontrarse a cargo de decenas de jóvenes «calculadoras» (como Henrietta Swan Leavitt). Catalogó más de 10 000 estrellas y descubrió 310 estrellas variables, 10 novas y 59 nebulosas.
- Henrietta Swan Leavitt (1868-1921), metódica y eficiente, a pesar de ello algunos de sus sus trabajos aparecieron bajo la firma de sus jefes, Edward Pickering y Edwin Hubble. Su trabajo consistía en examinar meticulosamente las fotografías celestes y realizar cálculos precisos, descubriendo estrellas variables, como las Cefeidas que han servido para realizar la medición de la distancia entre las estrellas o para que Hubble descubriera el corrimiento al rojo. En su memoria, un asteroide y un cráter lunar llevan su nombre.
Por último mencionar también a las mujeres astronautas, las cuales hoy día no son afortunadamente una “rareza”, comenzando por:
- Valentina Tereshkova que, el 16 de junio de 1963, con 26 años, se convirtió en la primera mujer en viajar al espacio.
- A Valentina le sucederían mujeres como: Ellen Ochoa, primera astronauta de origen latino.
- Sally Ride, primera americana en salir de la atmósfera terrestre.
- Svetlana Savitskaya, primera mujer en dar un “paseo espacial”.
- Mae Jemison, primera mujer afroamericana en salir al espacio, hoy profesora de astrofísica.
Y así hasta nuestros días en los que la mujer sigue desempeñando funciones tecnológicas y realizando gestas y eficaces estudios en el mundo de la Astronomía, de la Cosmología y de la Astronáutica.
Como veis el Cielo está lleno de “estrellas”, por eso os animo a seguir…
¡¡Mirando al Cielo!!