Seguro que en la judicatura hay personas normales, la mayoría. Sin embargo, hay otras que lamentablemente demuestran una de las caras de unos profesionales carpetovetónicos y machistas, a más no poder.
El caso del juez Francisco Javier Martínez Derqui es de juzgado de guardia. Un verdadero impresentable que se mofa de María Sanjuán, una víctima de violencia machista, insultándola y denigrándola. Eso sí, en compañía de dos mujeres, por cierto, tan machistas como el juez, que le ríen las gracias y le completan el escarnio.
Este tipo, al que se le permite juzgar casos de violencia machista, es capaz de llamar bicho e hijaputa a la víctima, además de alegrarse porque su sentencia le va a apartar de sus hijos. La víctima no pudo ir a la vista por estar ingresada en el hospital por un ataque de pánico, según el informe médico. Pues bien, estos tres siniestros y machistas personajes ponen en duda la veracidad de ese informe.
Escuchar el vídeo es vomitivo. El desparpajo con el que se manifiestan los tres personajes es asqueroso y demuestra que el virus del patriarcado más lamentable está inoculado en gran parte de la judicatura española.
Veremos que hace el CGPJ, que por el momento, en vez de inhabilitar al juez –la prueba es más que suficiente–, le ha abierto un expediente. Ya verán como estos jueces conservadores de la cúspide hablaran de una falta leve y le retirarán, como mucho, de este caso, cuando, aunque fuera por salvar el honor de ellos mismos, deberían expulsarle de la carrera judicial. Esperemos acontecimientos.
No es posible que un juez, capaz de cometer esta tropelía, pueda seguir ejerciendo. Quién sabe, además de la misoginia, que otras fobias puede tener y si actuará con el mismo vacile y desvergüenza que en este caso.
En fin, nuestra capacidad de sorpresa es inmensa, aunque estos hechos no deberían sorprendernos en absoluto. Recordemos todos los episodios que hemos conocido en casos claros de machismo puro y duro de jueces. Por ejemplo, el del juez Ricardo Javier González, que discrepó en el caso de La Manada, pidiendo la absolución de los cinco miembros y culpando a la víctima. Y, ¿Qué ha pasado con este juez? ¿Qué ha hecho el CGPJ? Nada que yo sepa. Ahí sigue, esperando juzgar a otra víctima para volver a defender ese machismo asqueroso, irracional y decimonónico.
Los jueces no sólo necesitan clases que les permitan apearse de ese machirulismo lamentable, además deberían pasar un examen psicológico que en caso de detectar prejuicios severos, como machismo, misoginia, homofobia, etc., les apartara de la carrera judicial. Es esencial que estos jueces no juzguen, sus sentencias pueden ser además de injustas, socialmente muy nocivas y muy dañinas para el prestigio de la judicatura.
Salud y República