El director de The Rivas Tribune, Bob Bernstein, ha decidido escribir un artículo de opinión serio, cosas de asistir a la justificación del genocidio.
Cuando la ideología pesa más que el sentido común: un repaso a los greatest hits de la desinformación “popular”.
En las páginas de Diario de Rivas, Janette Novo, ilustre portavoz del PP en Rivas Vaciamadrid y aspirante a tuitera viral, nos deleita con una crónica sobre la «Flotilla de la Libertad» digna de una sobremesa de bar: la despacha como un “crucero ideológico” repleto de izquierdistas en busca de postureo. Y ojo al titular: ese “flotilla de pacotilla” que, lejos de arrancar risas, confirma una vez más que para la rima fácil no hace falta ni talento ni argumentos, solo ganas de soltar consignas para la parroquia.
Bajo la capa de supuesta defensa de la neutralidad y la prioridad local (porque en Rivas, ya se sabe, la geopolítica solo importa si renta votos), Novo urde un relato trufado de clichés partidistas, hábil en el arte de ignorar la realidad, retorcer los hechos y transformar una causa humanitaria en arma arrojadiza contra sus archienemigos de la izquierda. Así que aquí estamos, desde esta modesta redacción activista —sí, activista, aunque a algunos les duela—, listos para desmontar, con datos y no con panfletos, los “argumentos” de Novo; aunque, siendo honestos, más bien su clamorosa ausencia.
El verdadero propósito: Humanidad, no “postureo” (aunque no lo leas en la prensa amiga)
Nuevo hit de Novo: la flotilla es una “farsa propagandística” que lleva “una pírrica ayuda a Gaza que nadie ha visto”. Al parecer Janette, además de politóloga, es clarividente. Porque lo que sí es real: la Freedom Flotilla Coalition (FFC), rebautizada este año como Global Sumud Flotilla (2025, para los despistados), transportaba más de 110.000 dólares en artículos que solo los muy cínicos llamarían “regalitos”: medicamentos, equipos respiratorios, suplementos nutricionales… No para posturear, sino para intentar que la gente en Gaza, asediada y hambrienta, pueda sobrevivir un poco más.
¿Eran “regalos”? No. Eran suministros vitales, con la intención nada secreta de desafiar el bloqueo israelí, ese que lleva más de 17 años ventilándose misiones y dejando claro que aquí manda quien tiene la fuerza, no quien tiene la razón.
¿Que la flotilla no llegó a Gaza? Normal: fue interceptada en aguas internacionales (detalle menor, ¿verdad, Janette?) por Israel el 8 de octubre de 2025. Amnistía Internacional lo ha calificado de “ilegal” e “intimidatorio”, pura pedagogía democrática: bloquear ayuda y “castigar” a quien la denuncia. Los activistas, lejos de la “batucada” idílica de Novo, sufrieron agresiones y detenciones arbitrarias. Pero claro, eso no encaja en el relato de vacaciones pagadas.
Prueba de que “sabían que no llegarían”: ninguna y, por si acaso, se omite el contexto. Israel lleva desde 2010 interceptando flotillas bajo la coartada de “derecho a inspeccionar”, aunque eso se cargue el derecho marítimo internacional. Novo, lejos de escandalizarse, aplaude con las orejas si hace falta, y de paso convierte una crisis humanitaria en arma electoral.
Financiamiento opaco y repatriación de lujo: Los mitos, al cubo de la basura
Turno para el capítulo del “financiamiento opaco” y la repatriación VIP: según Novo, la flotilla se paga con dinero misterioso y los activistas vuelven a España en business, a cargo del sufrido contribuyente. Qué pena que la FFC haga públicos sus ingresos, basados en donaciones transparentes de civiles y organizaciones. Sí, crowdfunding, ese invento tan poco sospechoso… salvo que lo use la izquierda. Lo del sueldo de Alvise, si eso ya tal, como dijo el ínclito M. Rajoy.
Sobre los vuelos de regreso: sí, el Gobierno pagó el viaje de vuelta de los 49 españoles (unos 160.000 euros, no exactamente un alquiler en la Castellana), pero es el mismo protocolo que se aplica a cualquier connacional en apuros, desde turistas hasta exiliados (y sí, incluso exetarras deportados). Israel vetó un vuelo militar español, así que tocó tirar de comerciales. Olvidado queda el coste del escolta naval BAM Furor, que acompañó la flotilla y también sale de las arcas públicas. Eso, por supuesto, no molesta a Novo: selectividad, lo llaman, pero en realidad huele a oportunismo barato.
Blanqueo de Hamás: El argumento estrella… que se derrumba solo
No podía faltar el comodín: acusar a los activistas de “blanquear a Hamás” y perpetuar el conflicto. Para ello, cita a Mahmud Abbas (sí, esa frase existe: el 25/09/2025 en la ONU, Abbas cargó contra Hamás y condenó la violencia del 7 de octubre). Pero, ay, lo que hace el sesgo: Novo lo utiliza para criminalizar toda solidaridad. La FFC jamás ha apoyado a Hamás; su manifiesto condena el terrorismo y exige el fin del bloqueo para todos los palestinos, sin preguntar de qué partido son.
Abbas defiende la reunificación de la Autoridad Palestina, no el linchamiento de misiones médicas. Lo que Novo pasa por alto es lo obvio: el bloqueo, no Hamás, es el principal responsable del desastre humanitario. Incluso la ONU ha documentado cómo la intercepción de ayuda empeora la crisis, no la soluciona. Pero, ¿para qué leer informes si puedes soltar un titular?
Acusar a la izquierda de “banalizar el terrorismo” mientras se justifica la detención de médicos es, a estas alturas, el último grito en cinismo político.
El “proceso de paz irreversible”: De wishful thinking también se vive
Según Novo, estamos ante un “proceso de paz irreversible” tras 77 años de conflicto. Qatar “abandona” a Hamás, todos los países musulmanes aplauden y Pedro Sánchez poco menos que desaparece de la historia. Y mientras tanto, en la realidad, hay un alto el fuego tan frágil que Netanyahu ya amenaza con “pruebas mayores” y los bombardeos siguen asomando la patita. Qatar no ha abandonado nada, Arabia Saudí y compañía ponen condiciones, y el acuerdo depende de que Israel devuelva 2.000 prisioneros a cambio de 48 rehenes vivos (y 15 cuerpos). Este terrible resumen de la violencia terrorista de Hamás y del genocidio israelí deberían hacer disuadir a cualquiera de escribir artículos como el que aquí se trata, pero
La flotilla zarpó antes del alto el fuego, porque la urgencia humanitaria no espera a que se firmen comunicados. Novo aprovecha el acuerdo para atizar al Gobierno, pero olvida que el PP nunca ha estorbado las políticas pro-Israel ni ha abierto la boca contra el bloqueo. ¿Dónde estaba la “prioridad por la paz” cuando España reconoció Palestina en 2024? Misterios del argumentario.
Rivas Vaciamadrid: Neutralidad, banderas y conspiraciones de saldo
En lo local, Novo denuncia la bandera palestina en el ayuntamiento y un mensaje “amenazante” de un cargo municipal a la directora del CEIP La Luna por retirar materiales pro-palestinos. El episodio ocurrió: Sara Carriedo quitó los materiales y Pedro del Cura (exalcalde) le pidió reconsiderar su decisión. ¿Amenaza? Si por pedir explicaciones se considera acoso, más de un político debería estar en el banquillo. La bandera es símbolo de solidaridad, no de lavado de cerebro. La “neutralidad” pública debería aplicarse a todo: ¿se atreverá el PP a pedir que se retiren banderas LGTBI o ucranianas en otros ayuntamientos? Se admiten apuestas.
Conclusión: Solidaridad con sentido, no con siglas
El panfleto de Janette Novo es, en esencia, un ejercicio de campaña electoral disfrazado de análisis; la misión humanitaria de la flotilla es la cabeza de turco perfecta para tapar otros escándalos y pelear con la izquierda. No, la flotilla no fue “de pacotilla”: fue un acto de valentía frente a un asedio criminal, boicoteado por la fuerza y silenciado por la propaganda.
Mientras finge desmontar “postureo”, Novo se retrata: confrontación antes que empatía, doctrina antes que derechos humanos. Rivas y España necesitan menos cinismo y más honestidad: ayuda sin etiquetas, presión para acabar con el bloqueo y celebración de altos el fuego como paso, no excusa. Porque, parafraseando a Abbas en la ONU, “no hay justicia si Palestina no es liberada”. Es hora de remar juntos y dejar de hacerle agujeros al barco solo porque no lleva tu bandera.








