El pasado domingo, 3 de marzo, se inició la temporada de primavera del Tren de Arganda, un veterano convoy histórico que realiza un recorrido de 3,5 kilómetros por el único tramo preservado del antiguo Ferrocarril del Tajuña.
Su objetivo es rememorar cómo se viajaba en estos trenes y cómo se trabajaba hace más de 100 años en el desempeño de oficios ya desaparecidos, como fogoneros o guardagujas.
El Tren de Arganda está gestionado por la asociación sin ánimo de lucro ‘Centro de Iniciativas Ferroviarias Vapor Madrid’, CIFVM.
Está formado por coches de madera, algunos ya centenarios: El AC-201 fabricado por Carde y Escoriaza en 1916 y los coches C-1 y C-2, reconstruidos por la Escuela Taller Román Aparicio de Arganda, a partir de antiguos chasis de vehículos ferroviarios. Adicionalmente se acostumbra a incorporar un vagón de ‘Jefe de Tren’, reconvertido en coche de pasajeros y procedente del ferrocarril Ponferrada-Villablino, PV.
Este venerable tren circula entre la estación de ‘Poveda’, Arganda del Rey y el apeadero de la Laguna del Campillo, Rivas Vaciamadrid, todos los domingos de las temporadas de primavera y otoño, con salidas a las 11:00, 12:00 y 13:00 h.
El coste del billete es de cinco euros por viajero, salvo los niños menores de tres años que viajan gratis al no ocupar asiento.
Durante el trayecto de ida y vuelta a la Laguna del Campillo, unos 45 minutos, el tren cruza el río Jarama por el mayor puente metálico de ferrocarril en la Comunidad de Madrid, y discurre paralelo a los riscos de El Piúl hasta llegar al Campillo. Toda ello dentro del ámbito del Parque Regional del Sureste.
En el apeadero, situado a orillas de la laguna, la locomotora efectúa la maniobra de cambio del sentido de la marcha y puede ser contemplada en vivo por los viajeros. En plena erupción de la primavera, los visitantes también podrán disfrutar de la observación de cientos de aves que anidan o realizan paradas migratorias, como zampullines, garzas reales o somormujos.
Tren de Arganda, museo vivo del ferrocarril
Este centenario tren de vapor no es el único protagonista de nuestra vuelta al pasado, ya que toda esta línea ferroviaria y sus instalaciones, como la estación y el apeadero de La Poveda, la cabina de ‘enclavamientos y señales’, o los talleres en los que se restauran los vehículos, constituyen un auténtico museo vivo del ferrocarril.
Además, en una nave anexa a los talleres, en el apeadero de La Poveda, los miembros de la Asociación Cultural Ferroviaria de Madrid, ASOCUFE, nos permiten disfrutar de una gran maqueta de tren a escala HO.
Para hacer más cómoda la visita a esta maqueta, el CIFVM pone en circulación un pequeño tren lanzadera desde la estación al apeadero al término de cada viaje del Tren de Arganda, excepto el de las 13:00 h. El precio de la visita a la maqueta, que incluye el traslado en el tren lanzadera es de dos euros.
Los miércoles lectivos, también se realizan visitas de grupos escolares, que incluyen el viaje en el Tren de Arganda, con tracción diesel, y también la visita al museo de la estación de La Poveda, donde se ven sus instalaciones ferroviarias, como el depósito de agua y su aguada, el accionamiento de un aparato de vía, las barreras del paso a nivel, la carbonera o la caseta de enclavamientos y señales.
El resto de la semana, también los voluntarios de CIFVM están dispuestos a sacar a la vía las locomotoras de vapor y los coches de madera para que cualquier interesado, siempre en grupo de número suficiente, conozca los viajes en tren de hace más de un siglo.