En estos tiempos que corren, con el tan de moda “cambio climático”, debatido en cuanto a sus causas que no en cuanto se refiere a su innegable realidad, la cual no se puede obviar en absoluto pues estamos sufriendo, a nivel global, sus consecuencias (desajustes climáticos constantes, con épocas de sequía atroces y lluvias torrenciales, entre otras muchas cosas, de consecuencias graves e incluso catastróficas) vamos a centrarnos en cómo afrontar el verano que se nos avecina.
Podríamos disertar largo y tendido sobre las distintas estrategias que realizan muchos grupos de animales y plantas para solucionar el problema del sobrecalentamiento del terreno, pero nos van a permitir que hablemos exclusivamente, por centrarnos en nuestra especialidad, de cómo algunos insectos solucionan el problema al modo de, según hemos visto en numerosas ocasiones en documentales de naturaleza, adoptan ciertas especies de reptiles en los desiertos africanos para no abrasarse el cuerpo con la arena (levantan las patas alternativamente y evitan así el contacto directo). Y no hará falta viajar tan lejos ¡ojalá pudiésemos permitírnoslo! para encontrar numerosos ejemplos entre los invertebrados de nuestra fauna.
Las hormigas del género “Cataglyphis” (en Rivas-Vaciamadrid es muy común Cataglyphis iberica), que transitan durante los meses del verano por el suelo arenoso de los campos e incluso nuestros parques municipales, se mueven a gran velocidad, tienen las patas muy largas e incluso levantan el “culillo” (o sea todo el abdomen) para mantener el cuerpo alejado del suelo y no abrasarse. Otros insectos, como los “escarabajos-tigre”, de la familia Cicindelidae, que viven en los resecos saladares y caminos arenosos y depredan sobre moscas y demás insectos en las horas más calurosas del día, tienen también las patas muy finas y largas, se mueven constantemente y realizan cortos vuelos para alejarse del suelo. Leptodirus solieri, otro escarabajo de gran tamaño que vive en las madrigueras de los conejos, tiene asimismo las patas tan largas que, a pesar de su relativo gran tamaño, le mantienen elevado y evitan que se achicharre cuando camina, estrategia que complementan con restringir al máximo los desplazamientos en horas de sol y mantener, al menos en verano, actividad nocturna.
Desde Zarabanda, amables lectoras y lectores, no queda más que desear, a todos y cada uno de ustedes y sus familiares y amigos, que tengan un gran y reparador verano y no les afecte demasiado el calor, para lo cual sugerimos se tengan en cuenta las medidas habitualmente aconsejadas por los profesionales sanitarios y miembros de protección civil: ya saben, evitar la exposición solar en las horas centrales del día, no realizar ejercicio excesivo, mucha hidratación, empleo de protección solar, extremar el cuidado con los coches aparcados y jamás dejar dentro niños, personas o mascotas aunque se presuponga que será por muy poco tiempo ¡mucho cuidado, ya que todos los años se notifican tragedias por este motivo!, evitar comidas copiosas, etc. Y repetimos: es con niños, ancianos y personas con ciertas enfermedades con quienes hay que extremar precauciones.
Y por lo demás, recomendamos que utilicen su imaginación y desarrollen sus propias “estrategias particulares”, como hacen las diversas especies de insectos que hemos presentado en el artículo.