La política y la comunicación en Rivas no se entienden sin el que ha sido durante 30 años uno de sus principales cronistas: Juan Manuel del Castillo (“Juanma”). Su primer contacto con la comunicación llegó cuando le nombraron Responsable en Madrid de la Juventud Obrera Cristiana (JOC). Que, entre otras tareas, conllevaba la confección del periódico Juventud Obrera. En ese momento de la Transición, no pocas publicaciones clandestinas se imprimían bajo el amparo de esta organización, en dos habitaciones acolchadas (para amortiguar el ruido) de su sede, que contenían un número considerable de multicopistas de clichés de cera, en la calle Carretas, casi detrás de la Dirección General de Seguridad.
Durante el tiempo que trabajó para la JOC (unos siete años), estuvo matriculado en Sociología en el Instituto de Ciencias de la Educación. Posteriormente, se licenció en Teología en el Instituto de Ciencias Religiosas (perteneciente a la Universidad Pontificia de Salamanca). Una vez acabadas sus tareas en la organización juvenil, se incorporó a trabajar en multinacionales, dentro de una estrategia de los movimientos de izquierdas de ir introduciendo militantes en estas empresas. Juanma entró a trabajar en Johnson&Johnson, pero nunca desestimó la importancia de los medios de comunicación, imprescindibles para la construcción de las libertades democráticas.
“En ese tiempo Rivas nos llamaba a todos los que vivíamos en Villa de Vallekas, se construían viviendas distintas, más baratas, era un barrio nuevo por construir…, acudíamos a los conciertos de Ana Belén y Víctor Manuel, los de Luis Pastor, etc. A todo ésto se sumó que, delante de nuestra casa, había unos billares desde donde se distribuía gran parte de la droga que se repartía por Vallekas, esto nos hizo tomar la decisión definitiva de cambiarnos de barrio”, recuerda Juanma.
Junto a su mujer, se apuntó a una cooperativa: tardaron casi 4 años en entregarles la vivienda (cuando el plazo eran dos) y les costó su casa 12,5 millones de las antiguas pesetas, el doble de lo previsto, pero al final consiguieron su vivienda. Y, como no era un hombre que le tuviera miedo a la precariedad, siguió trabajando, implicándose en el AMPA del colegio de sus hijas y -a raíz de aquello- fundando un medio local que sería clave en el desarrollo del municipio: Zarabanda.
-Lo que era una iniciativa de un AMPA, la revista SolAPA, se convirtió en la asociación Periferia Cultural, como contamos en el reportaje de este número. Pero fue al dar el salto a constituir una empresa, Publirama SL, cuando Zarabanda empieza a salir de forma estable. ¿Cómo fueron esos primeros pasos?
-Ninguno cobrábamos. El dinero que se sacaba era para pagar la revista. Javier, Ángel, Paco, Pepe, yo mismo…tanto los que hacíamos la revista como los colaboradores éramos quienes la repartíamos. No obstante, la primera tirada fue de 1.500 ejemplares, que no está mal para los 15.000 o 17.000 habitantes que éramos entonces en Rivas. Y fuimos creciendo poco a poco. Zarabanda hemos llegado a sacar 30.000 ejemplares.
-Estamos hablando de finales de 1991, con el número cero, y febrero de 1992 con el número uno y siguientes. Y ya, salvo alguna breve interrupción, la Revista Zarabanda empezó a salir todos los meses, durante más de 30 años.
-Antes de nosotros existía Radio Cigüeña y muy poco antes salió El Este de Madrid, algo más tarde, la revista Covibar, unos años después Entorno, y otras cuya vida fue corta. En el caso de una de ellas, de la mano de un empresario promotor inmobiliario, presidente de ASEMPYMER en ese momento, salió “La Gaceta de Rivas”, y en la presentación declaró que “La Gaceta nacía para acabar con Zarabanda”.
-¿Para quién más ha sido incómoda la independencia editorial de Zarabanda, respecto a los poderes fácticos, económicos y políticos?
-Una frase parecida dijo una vez, también en público, Fausto Fernández (siendo alcalde) a causa de un artículo crítico que había escrito uno de los colaboradores de Zarabanda: “no acabaré la legislatura sin haber acabado con Juan Manuel y con Zarabanda”. Estuvimos siete años “castigados” sin recibir ningún tipo de contrato o publicidad institucional.
-Un alcalde que llegó a tener el programa “El balcón del Alcalde” en la TV Rivas, la televisión local. Cuéntanos sobre esta breve experiencia audiovisual.
-Se llamaba TV Rivas Canal 44 y fue una revolución dentro del municipio. Empezamos a emitir antes del 2000 y yo dirigí la televisión hasta el 2003 o 2004. Recuerdo programas de una envergadura importante, como un debate sobre la incineración de los Residuos Sólidos Urbanos, en la mesa estaba el director de la incineradora de Mataró, el director de la de Valdemingómez y el consejero de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid. Según un estudio de audiencia, podíamos tener 7.500 televisores viéndonos de media, en una ciudad de 20.000 habitantes, por entonces, una cifra altísima.
-Zarabanda también fue pionera al entrar en internet como medio digital.
-Inmediatamente después de dejar la TV, montamos Zarabanda Digital. Sería por el 2000 y algo, ni siquiera el Ayuntamiento tenía página web, y estábamos entre las 20 páginas web más visitadas en la Comunidad de Madrid, había pocas aún. Después llegaron los grandes grupos de inversión con mucho dinero y dieron lugar a las web de los periódicos, de las radios, de los ayuntamientos…, y todas las demás con el tiempo.
-Pero no abandonasteis el papel.
-Seguía siendo fundamental en la Revista. Fue también cuando lanzamos el primer periódico ‘El Sureste Informativo’, que se repartía martes y jueves con una tirada de 40.000 ejemplares. Duró unos diez meses, no fue posible sostenerlo más, aunque teníamos un equipo de redacción buenísimo, pero nos falló la financiación y el equipo comercial. Un año después, lo volvimos a intentar con ‘La Voz del Sureste’, aguantamos otros pocos meses, pero finalmente también tuvimos que dejarlo por las mismas razones.
-En cambio, aunque recuperaríamos la publicidad institucional, Zarabanda recibimos también alguna demanda del Ayuntamiento.
-Por la pregunta, volvemos de nuevo atrás. Fausto Fernández nos denunció más de una vez. Recuerdo que una, fue por un artículo de ‘Calcetines’, pseudónimo del autor de la sección ‘Bailando con lobos’. Lo que el articulista escribía no le gustó al por entonces alcalde y nos denunció, al articulista como autor y a mí como editor. La sentencia dijo lo esperable: que los responsables políticos están sujetos a crítica y que tenían derecho a réplica (¡que era algo que ponía en la primera página, ofrecíamos derecho a réplica a todo aquel que quisiera!). Otros concejales del PSOE, del PP y algún otro, nos denunciaron más de una vez, pero se sobreseyeron todas las denuncias.
-¿Cuál ha sido el momento más tenso que recuerdas?
-Hubo una disputa de gobierno entre IU y PSOE (gobernaban en coalición), tras la que un concejal mandó a todos los medios una carta muy dura contra el alcalde. Uno de los medios, antes de publicar el escrito se la mostró al alcalde. El Primer Teniente de alcalde me llamó para preguntarme si habíamos repartido ya la revista y si contenía la carta. Le dije que ya se había impreso y que la carta figuraba. Me contestó “te pido, por favor, encarecidamente, que pares el reparto, porque la publicación de esa carta supondrá la ruptura del gobierno de coalición”. También me dijo que los demás medios estaban de acuerdo en no publicarla.
Por parte de los que querían que el Gobierno cayera hicieron lo propio: exigirme que la revista tenía que repartirse. Me convocaron a una reunión en la que estaban once personas, de distintos grupos políticos y empresarios. Me ofrecieron una casa en cualquier sitio que yo dijera y comprarme la empresa por 50 millones de pesetas si hacía caer el gobierno, evidentemente para hacerse con el control del mismo. No quise asumir la responsabilidad de la ruptura de la coalición y menos cuando ya sabía que -respecto a la disputa entre los dos partidos- ya habían arreglado sus ‘cuitas’. La revista se mandó destruir (delante de varios testigos). Los implicados en la crisis se comprometieron a pagarla, cosa que nunca hicieron.
-Tuvisteis varios viñetistas muy buenos, una tradición que hemos recuperado en los últimos números. ¿Hay alguna viñeta o editorial que recuerdes con especial cariño?
-Una viñeta muy buena fue con el caso de la okupación de la Biblioteca Central, actualmente llamada Gloria Fuertes. Era un dolor de cabeza para Pedro del Cura, y como la biblioteca okupada se autodenominó BOA (Biblioteca Okupada Autogestionada), dibujamos a Pedro con una boa enroscada alrededor del cuerpo.
-¿Y un editorial o una noticia?
-Una de las noticias que tuvo impacto nacional fue el Homenaje a la 2ª República que se hizo en Rivas, el 14 de abril de 2008. También merecería la pena revisitar el editorial de enero de 2003, sobre el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Ya entonces hablábamos de los problemas de una previsión de que Rivas llegue a los 120.000 habitantes y cómo todo lo positivo de Rivas va a costar preservarlo. O el editorial de febrero de 2001 sobre el problema para la salud de la incineradora de Valdemingómez, que vuelve a estar de plena actualidad.
-Por terminar, ¿qué consejo le darías a un periodista de Zarabanda?
-(Se ríe) Primero, que se ate los machos. Después, que sea todo lo más veraz y equitativo que pueda y que sea crítico y valiente.
-Gracias, Juanma. Seguiremos informando con ese espíritu.
La Historia no se repite, pero rima
En el primer gobierno de UCD, el que era Director General de la Juventud, Ramón Rodríguez Touza (1978), llamó a las organizaciones juveniles más destacadas de ese momento, para que delegaran a personas preparadas, para montar las estructuras de juventud que entonces no existían. Juanma fue uno de esos militantes de las organizaciones juveniles que se incorporó al trabajo que estaban requiriendo. Durante unos años, estuvieron estudiando las características de las estructuras de juventud de otros países: la SSU en Suecia, ICIE de Dinamarca, la IUSY Internacional, Brigadas Técnicas Juveniles (BTJ) y la Organización de Pioneros José Martí (OPJM) en Cuba, etc. Entre los trabajos que desarrollaron, estuvo la creación del Consejo de la Juventud de España (CJE). Una curiosa coincidencia ya que fue su elección como Vicepresidente del CJE lo que hizo que el actual director de Zarabanda, Víctor Reloba, viniera a Madrid y luego a Rivas.