OPINIÓN

¿Qué determina que unos ciudadanos no sean iguales que otros?

El mundo que estamos haciendo

Los seres humanos, al igual que la mayoría de los seres vivos, tendemos al agrupamiento, ya sea en bandadas, bancos, rebaños, manadas, tribus, ciudades, pueblos, barrios, pandillas, familias, etc.

Los humanos nos agrupamos en colectividades más o menos amplias, para fomentar el trabajo en común, la confraternización, el apoyo mutuo y solidario, y el intercambio de bienes y servicios. Hemos entendido que los agrupamientos sociales nos complementan, nos dan seguridad y nos ayudan a completar nuestros objetivos. Los seres vivos somos sociales por naturaleza.

En la mayoría de las culturas, la familia no es suficiente, necesitamos alimentar nuestro sentido de pertenencia a un colectivo más grande. De ahí el sentido patrio, el de pertenencia a un pueblo, a una nación, partido político, sindicato, asociación… Incluso a una religión, a una ideología… O, acudiendo a lo más cotidiano, a nuestro equipo de futbol, o nuestro deporte preferido, etc.

Un pequeño repaso respecto a las ideologías. Qué son, cómo surgen, su papel en la formación de nuestras sociedades y su influencia en nuestra vida cotidiana. Este recorrido nos permitirá comprender mejor cómo las ideas se convierten en fuerzas motrices de la acción colectiva y cómo las ideologías pueden unirnos o dividirnos.

Las ideologías pueden ser tan omnipresentes y profundamente arraigadas que, a menudo, no somos conscientes de su influencia en nuestras vidas. Entender su papel en la sociedad es esencial para comprender tanto nuestro pasado histórico como la configuración de nuestro presente y futuro.

‘Una ideología es más que un conjunto de ideas o creencias; es un marco que orienta nuestras acciones, moldea nuestra percepción y determina nuestro lugar en el mundo’. (M.Rizzuto)

Para Marx, ‘la ideología es un mero reflejo de las condiciones materiales, una distorsión de la realidad que intenta mostrarse como cierta’. Marx introduce la noción de falsa conciencia, aludiendo a que lo que se presenta como ideología es la que proviene de la clase dominante, la cual no solo controla los medios materiales de producción, sino también la producción y la distribución de ideas y valores en la sociedad.

Hoy, la forma más corriente de entender las ideologías es como un sistema de ideas y creencias que guían nuestra visión del mundo y nuestra conducta dentro de él. Una ideología es un filtro a través del cual interpretamos el mundo. Incluye creencias y valores y puede ser política, religiosa o social. A menudo, estas moldean las normas sociales, políticas y culturales. Algunos ejemplos de ideologías: Liberalismo e Ilustración, que impulsaron la Revolución francesa; Marxismo, precursor de la Revolución rusa y muy influyente en los movimientos obreros del siglo XX; Social Cristianismo modelo social basado en el humanismo cristiano. (Encíclica Rerum Novarum. Papa León XIII); Ambientalismo, que busca un equilibrio entre el desarrollo humano y el impacto en el medio ambiente); Feminismo, promotor de la igualdad entre hombre y mujeres, que lucha contra la discriminación de estas. (Nació en el s. XIX con el movimiento sufragista); etc. Otras ideologías surgen como expresiones de violencia y autoritarismo. Ejemplos cercanos, el nazismo y su supremacía racial, y el fascismo y la supremacía del poder del Estado, el liderazgo fuerte y el nacionalismo extremo.

Hasta ahora y durante los últimos casi cien años, la ideología dominante es ‘el Capitalismo’, que más que una ideología es un ‘sistema económico que lleva implícita una ideología’: individualismo como principio basado en la competencia, consumismo ilimitado, el poder económico como sujeto de culto, la producción armamentística como objeto de consumo, el enfrentamiento armado como forma de resolución de problemas. La defensa de la propiedad privada de los medios de producción, el libre mercado, la ley de la oferta y la demanda, el control de los medios de comunicación, etc.

Y en esta ideología estamos, también en el sistema económico que genera y mantiene ‘cuando no existen las necesidades, estas se crean’, el consumo compulsivo es la fuente de riqueza para algunos, ‘para poder reconstruir primero hay que destruir’, sociedad del desecho, las guerras, etc. Una ideología que devora al hombre por el hombre desde el individualismo y el rechazo del otro, y aún más del diferente. Competencia y fría insolidaridad.

¿Cuántos ciudadanos/as no conocen o nunca han entablado relación con la o el vecino de al lado?, ¿Cuándo dejamos de preocuparnos de los problemas de nuestra ciudad y solo nos quejamos de lo que no funciona a nuestro gusto?, ¿Se remueve algo en nuestra conciencia cuando vemos tanta muerte en las múltiples guerras?, ¿Acogeríamos a un migrante en nuestra casa?…

Quizás es que ya no podamos escudarnos ni en nuestra ideología siquiera. Vivimos en universos individualizados y nos relacionamos con nuestra familia y círculo más cercano. Algunos hasta nos sentamos ante la ‘tele’ para estar al tanto de las noticias (que nos quieren contar y como nos las cuentan).

Y aún mucho peor. Millones de personas hace mucho que dejaron de tener ideología, o quizás nunca la tuvieron. Simplemente atienden las consignas de aquellos que más vociferan, las que nos da la tele, las que desprestigian todo, las que dicen las burradas más gordas…, porque parece que lo que dicen tiene algo que ver con nosotros. Porque eso sí, nosotros estamos muy enfadados con el mundo, con todo lo que consideramos que no está bien, con los políticos, con el que nos adelanta o nos toca el claxon, con los que nos cobran impuestos, con los médicos que no nos atienden a su debido tiempo, etc.

Pero no hacemos nada para solucionarlo… Este es nuestro mundo.

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