Si hay un arbusto o pequeño arbolillo bonito en esta época del año (otoño y principios del invierno), ese es el madroño. El contraste entre el rojo de sus originales frutos y el lustroso verde de sus hojas es espectacular (sin dejar de mentar el extraño aspecto de sus pequeñas flores, de color blanco-rosado, con forma de campana y de gran belleza). Este árbol, cuyo nombre científico es “Arbutus unedo”, suele medir entre tres y cinco metros de altura, aunque excepcionalmente podría alcanzar los siete, tiene un follaje perennifolio y su rojizo tronco está cubierto de “escamas” grisáceas.
Natural en la Comunidad de Madrid, el madroño es, por otra parte, una especie muy utilizada como planta ornamental, dando un toque de frescura a los jardines en los que aparece.
Por finalizar, decir que este mes ha sido un placer comentar con ustedes, amables lectores, uno de los árboles que a mí, personalmente, más me gustan. Les deseamos, desde Zarabanda, unas fiestas navideñas entrañables y lo mejor posible dentro del marco tan complicado y extraño que nos está tocando vivir en estos tiempos del Covid-19. Les deseamos lo mejor.
José Ignacio López-Colón