OPINIÓN

Artículos de Rocío Gallego-Largo sobre referentes culturales.

El idealismo de la justicia de Don Quijote

El caballero andante encarna el valor de la justicia como expresión máxima de su idealismo caballeresco

Don Quijote de la Mancha es un claro referente sobre el valor de la justicia, donde la
literatura patria se hace constar de manera patente sobre distintos paradigmas, fuente y
reflejo de sus tiempos inmortales, así como sus personajes históricos e inmortales con
múltiples valores como el amor, la justicia, la bondad y la misericordia.

Precisamente los valores de idealismo y justicia se entrelazan en las aventuras de Don
Quijote. Ambos idealismos se cruzan de forma indisoluble, de tal manera que, un
idealista como Don Quijote representa la acción de la justicia.

Las leyes de caballería: un código moral

Las aventuras y desventuras de Don Alonso Quijano fueron enmarcadas en las llamadas
leyes de caballerías, un conjunto de normas medievales y renacentistas que regían la
milicia y que según Don Quijote debía regirse por estas leyes, a través de las cuales se
creo un Derecho Natural que en sus conversaciones con Sancho se hicieron preceptos o
valores:

  • Nunca te guíes por la ley del encaje, que suele tener mucha cabida con los
    ignorantes que presumen de agudos.
  • Hallen en ti más compasión las lágrimas del pobre, pero no más justicia, que las
    informaciones del rico.
  • Procura descubrir la verdad por entre las promesas y dádivas del rico como
    entre los sollozos e importunidades del pobre.
  • Cuando pudiere y debiere tener lugar la equidad, no cargues todo el rigor de la
    ley en el delincuente; que no es mejor la fama del Juez riguroso que la del
    compasivo.
  • Si acaso, alguna vez, doblaras la vara de la justicia, que no sea por el peso de
    la dádiva, sino por el de la misericordia.
  • Cuando te sucediere juzgar algún pleito de algún enemigo tuyo, aparta la mente
    de tu injuria y ponla en la verdad del caso.
  • No te ciegue la pasión propia en la causa ajena, que los yerros que en ella
    hicieres las más veces serán sin remedio, y serán a costa de tu crédito o aún
    incluso de tu hacienda.
  • Si alguna mujer hermosa viniera a pedirte justicia, aparta las lágrimas de sus
    ojos y los gemidos de tus oídos y considera despacio la sustancia de lo que te
    pide, sino no quieres que te anegue tu razón en su llanto y tu bondad en sus
    suspiros.
  • Al que has de castigar con obras no le trates mal con palabras, pues le basta al
    desdichado la pena del suplicio, sin la añadidura de las malas razones.
  • Al culpado que cayere bajo tu jurisdicción considérale hombre miserable sujeto
    a las depravadas condiciones de esta naturaleza humana nuestra y en todo en
    cuanto fuere de tu parte posible, sin hacer agravio a la contraria, muéstrate
    piadoso y clemente; pues aunque los atributos de Dios todos son iguales, más
    resplandece y campea a nuestro ver el de la misericordia que el de la justicia
    .

Como puede comprobarse, el reflejo de la obra cervantina es inmortal a través del
Derecho Natural, con una necesaria objetividad, que debe atemperarse con el
valor de la justicia y el idealismo y a través de la bondad.

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